CAPÍTULO TERCERO

LA UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS: SITUACIÓN ACTUAL, PROBLEMÁTICA Y PREVISIONES DEL FUTURO

 

3.1.- CONSIDERACIONES GENERALES 

El proceso de planificación hidrológica se sustenta en el conocimiento de la situación actual del medio hídrico en si mismo y del entorno que lo genera, alberga y aprovecha.

El conocimiento del recurso hídrico, en sus diversas localizaciones y estados, en su régimen de circulación y en sus aspectos cualitativos nos conducirá a la oferta de recursos. Las series de recursos superficiales al régimen real se obtienen de las estaciones de aforo. A partir de los datos de aforo, llevando a cabo las correcciones por el efecto de los embalses y por las detraciones y aportaciones que afecten al flujo que circula por las estaciones, se obtiene las series de recursos superficiales al régimen natural. Estas series se completan temporalmente en las propias estaciones y espacialmente en otros puntos de interés por medio de los modelos de producción hidrológica, que utilizan además de las series de aportaciones naturales, datos climáticos y geofisiográficos de las subcuencas. Estos modelos de producción hidrológica permiten transformar series de lluvias, relativamente abundantes en el espacio y en el tiempo, a series de aportaciones, normalmente mensuales.

La evaluación de recursos subterráneos se basa también en medidas de campo: aforos y niveles.

La dificultad que presenta este proceso es la inherente a la gran cantidad de información a manejar. Esta información en algunos casos no está disponible (por ejemplo tal es el caso de las series históricas de volúmenes detraídos en determinados regadíos), y en muchos casos se requiere un proceso de contraste, y de ajuste de los datos estadísticos disponibles, tanto climáticos e hidrológicos como los correspondientes a los suministros para los diferentes usos y aprovechamientos.

El siguiente paso es la evaluación de las demandas actuales y la estimación de las demandas futuras. La evaluación de las demandas actuales, (no de los suministros, que son datos empíricos) es un proceso teórico con un doble aspecto: por un lado la determinación de las demandas unitarias (dotaciones) y por otro la determinación del número de unidades de demanda, todo ello para los diferentes usos y aprovechamientos. Las dotaciones se obtienen aplicando procedimientos generalmente aceptados (por ejemplo Penman modificado para las necesidades agrícolas de los cultivos) o bien se recurre a datos empíricos o concesionales. Por su extensión conviene destacar el caso del cálculo de las dotaciones de los diferentes cultivos, calculadas a nivel mensual para las comarcas agrarias de la cuenca*. El número de unidades de demanda actuales se obtienen de los respectivos censos (población, agrarios) o bases de datos (C.N.A.E., concesiones, etc.). Obviamente la demanda actual se obtiene de la adición de los productos de las dotaciones por las unidades de demanda. Las dificultades de cálculo en este proceso, como en el caso anterior, son inherentes al volumen y fiabilidad de la información que se maneja.


 * La dotación unitaria se obtiene seleccionando una alternativa de cultivos que se considere adecuada. 


 Del contraste entre los suministros reales y de las dotaciones, consideradas éstas como requerimientos de suministro para satisfacer unas necesidades con una eficacia alta, se obtienen por un lado las situaciones de déficit, y por otro las de aprovechamiento ineficiente del recurso.

El proceso se repite de forma análoga para la evaluación de las demandas de futuro, apoyándose, en caso de que existan, en los correspondientes planes sectoriales, de entre los que cabe destacar el P.E.N. 1991-2000 para la previsión de la demanda para usos energéticos. La superficie futura a transformar en regadío se ha obtenido a partir de ya reflejada en las Directrices del plan hidrológico, limitándola en la que se puede suministrar con adecuada garantía en base a los resultados obtenidos en los modelos de gestión de los sistemas de explotación. Las demandas de abastecimiento futuro se basan en las prognosis de población efectuadas. Otras demandas que presentan gran incertidumbre y escasa importancia no se evalúan.

La consideración conjunta en los modelos de simulación de las series mensuales de aportaciones y volúmenes en acuíferos, leyes de demanda, criterios de garantía de suministro, infraestructuras y condicionantes de explotación permite, por un lado, la concreción de las demandas a atender con las correspondientes garantías y, por otro, la fijación de las características de las infraestructuras necesarias para atenderlas.

Existen, no obstante, demandas que no están fijadas con precisión suficiente. Tal es el caso de los caudales y volúmenes ecológicos mínimos cuya determinación concreta requerirá, aparte de extensos trabajos técnicos, de actuaciones complementarias de análisis en el seno de los órganos colegiados del Organismo.

Hasta ahora se ha hecho referencia a lo que podemos llamar aspecto cuantitativo de la planificación hidrológica.

Desde el punto de vista cualitativo* se parte del estado actual de calidad y se plantean los objetivos de calidad a conseguir aprobados en las Directrices del Plan Hidrológico. Estos objetivos de calidad, definidos por tramos de ríos, corresponden a aguas para salmónidos y producción de agua potable (categoría de calidad C1), aptas para ciprínidos y producción de agua potable (categoría de calidad C2) y apta para el riego (categoría de calidad C3). La calidad es previsible que sea el más importante problema que se presenta en la cuenca y exige la adopción de medidas correctoras, básicamente a través de plantas depuradoras para la contaminación concentrada. La contaminación difusa, principalmente por retornos de regadío y los problemas derivados de la salinidad, solo pueden ser corregidos con medidas preventivas, probablemente algunas de ellas ajena en la propia planificación hidrológica.

Los fenómenos hidráulicos extremos constituyen otro de los principales aspectos de la planificación hidrológica. Las avenidas, que afectan anualmente a alguna de las subcuencas, requieren actuaciones infraestructurales y de ordenación del territorio. La planificación hidrológica deberá incorporar la evaluación para los cauces de los caudales de avenida para los diferentes períodos de retorno y definir las correspondientes líneas de inundación. Análogamente deberá estudiarse el fenómeno de la sequía, y definir las actuaciones infraestructurales para paliar sus efectos.

Otro de los problemas que afectan al medio hídrico son los aspectos relacionados con la erosión. En este caso, la planificación hidrológica incorpora los planes de actuación de estado y de la CC.AA. y añade actuaciones de protección en infraestructuras hidráulicas, básicamente embalses y canales.

En el aspecto de protección de espacios naturales se adoptan las figuras de protección reguladas por los organismos competentes, del estado, de los CC.AA., con pequeñas adiciones. En su día se incorporará el Inventario Nacional de zonas húmedas a elaborar por el M.A.P.A. de acuerdo con lo establecido en el artículo 25 de la Ley 4/1989 de conservación de los Espacios Naturales y de la flora y fauna silvestres.

3.2.- USOS A CONSIDERAR: PRIORIDAD Y COMPATIBILIDAD. PREFERENCIA ENTRE APROVECHAMIENTOS

3.2.1.- Usos a considerar

Todos los usos enumerados en el artículo 58 de la Ley de Aguas se contemplan con ligeras precisiones en el Plan Hidrológico del Ebro. No obstante lo anterior se contemplan también explícitamente dos usos que no aparecen diferenciados en la Ley: son los caudales ecológicos mínimos y los resguardos en embalses para laminación de avenidas.

El considerar estos nuevos usos (o limitaciones de otros usos) tiene su sustento en el artículo 58 de la Ley cuando establece que "en las concesiones se observará, a efectos de su otorgamiento, el orden de preferencia que se establezca en el Plan Hidrológico de la cuenca correspondiente, teniendo en cuenta las exigencias para la protección del recurso y su entorno". Los caudales ecológicos mínimos y los resguardos en embalses para la laminación de avenidas tiene por objeto dar cumplimiento a estas exigencias.

Los caudales y volúmenes ecológicos mínimos integrarían aquellos usos del agua que no serían objeto de concesión siendo fijados por la Administración. Corresponderían al mantenimiento en el cauce o masa de agua de determinados caudales o volúmenes por razones de tipo medioambiental, paisajístico, escénico o por cualquier otra causa que se justificase.

Los resguardos en embalses para laminación de avenidas no son realmente un uso del recurso, sino un uso que se impone a la infraestructura de regulación y que en la mayoría de los casos será un condicionante que limitará los volúmenes de recurso disponibles para otros usos.

La determinación e implantación tanto de los caudales ecológicos mínimos como de los resguardos para laminación pueden tener grandes implicaciones tanto para los aprovechamientos existentes, como para los futuros por lo que se entiende que dicha implantación requiere un complejo análisis para que tenga en cuenta la incidencia económica, social y medioambiental.

3.2.2.- Prioridad de usos. Orden de preferencia entre aprovechamientos

Siguiendo lo aprobado en las Directrices del Plan Hidrológico del Ebro para todo el ámbito del Plan se propone el orden de prioridad de usos en la línea de lo establecido en la Ley de Aguas, con la obligatoriedad de mantener los caudales ecológicos mínimos en todas las concesiones futuras y con la implantación progresiva en aquellos tramos de río que, como consecuencia del correspondiente programa de estudios a desarrollar con la participación de las CC.AA. se considere necesario. Los resguardos en embalses para laminación de avenidas deberán respetarse en todos los embalses que se construyan y se tenderá a su implantación sucesiva en los embalses existentes.

Respecto del orden de preferencia entre distintos aprovechamientos englobados dentro del mismo uso, se propone lo apuntado en las Directrices del Plan Hidrológico del Ebro con ligeras precisiones y modificaciones.

3.2.3.- Criterios de compatibilidad de usos y aprovechamiento

Dado que los recursos hidráulicos son limitados, el óptimo aprovechamiento del recurso requiere en muchos casos la utilización múltiple, simultánea o sucesiva. Para que ello sea posible, es necesario obviamente que los distintos usos o aprovechamientos sean cuantitativamente y cualitativamente compatibles entre sí, o bien, en el caso de que no lo sean, será necesaria la implantación de dispositivos o normas de compatibilización.

En situación actual, esta compatibilidad se consigue en la mayoría de los casos. No obstante existen algunas disfunciones, como pueden ser, desde el punto de vista cuantitativo, las provocadas en el funcionamiento de los canales de riego por los abastecimientos que toman de ellos y por algunas minicentrales intercaladas o la modulación de corto período temporal provocada por algún aprovechamiento hidroeléctrico frente a la modulación requerida por el riego. En otros casos, la incompatibilidad no es desde el punto de vista cuantitativo, sino desde el punto de vista de la interferencia de usos, pudiéndose citar como ejemplo, las fricciones existentes entre la navegación y la pesca deportiva. Desde el punto de vista cualitativo la compatibilización va conseguiéndose por medio de los adecuados clausulados en las autorizaciones de vertido.

La casuística para la compatibilización es muy variada. No obstante puede concretarse que podrá seguir requiriendo el establecimiento de embalses intermedios que corrijan las distintas modulaciones requeridas por los diferentes usos. En otros casos deberán establecerse dispositivos que permitan compatibilizar el uso recreativo deportivo de los cursos fluviales con aprovechamientos hidroeléctricos fluyentes, cuyas paradas bruscas pueden afectar a la seguridad de los usuarios. En los tramos de ríos aptos para navegación deportiva, las obras de derivación pueden requerir instalaciones complementarias de paso que faciliten la continuidad del uso deportivo. En otros casos (p.e. uso recreativo de embalses) deberá tenerse en cuenta la incidencia sobre la calidad del recurso, la seguridad del usuario y el uso prioritario del embalse. Desde el punto de vista de la compatibilización cualitativa será necesaria la implantación de infraestructuras de depuración y en otros casos la limitación u ordenación de actividades (p.e. en los perímetros de protección, Directiva 91/676 europea sobre nitratos, etc.).

Todos estos aspectos, cuya concreción es muy compleja, y en cualquier caso sería incompleta, se recogen de forma genérica en la parte normativa, del Plan Hidrológico, como un requerimiento de que los clausulados concesionales y cualquier otro título de aprovechamiento del dominio público hidráulico, deberá permitir, dentro de lo posible, la mayor compatibilización de aprovechamientos.

Por su especificidad, e importancia, se individualiza en la normativa la necesidad de tramitación simultánea de concesión y autorización de vertido, lo que, por otra parte, ya se está llevando a cabo en la actualidad.


* Para los aspectos cualitativos se adoptan los resultados del estudio Definición de objetivos de calidad en función de los usos para las aguas superficiales de la cuenca del Ebro, elaborado por Comisaría de Aguas con participación de las CC.AA.


3.3.- SATISFACCIÓN DE LAS DEMANDA

Uno de los objetivos asignados a la planificación hidrológica es conseguir la mejor satisfacción de las demandas. Para ello es necesario evaluar las demandas actuales, así como conocer su grado de satisfacción. También es necesario hacer una previsión de las demandas futuras. En el caso de que existan planes sectoriales, la planificación hidrológica debe limitarse a incorporar dichos planes. En el caso de que de que no existan tales planificaciones será necesario establecer una previsión, incorporando en el proceso predictivo todos los elementos que puedan proporcionar precisión.

Estimadas las demandas a satisfacer, tanto actuales como futuras, la planificación hidrológica deberá definir con mayor o menor precisión las actuaciones infraestructurales y/o estructurales necesarias para satisfacerlas tanto cuantitativa como cualitativamente, con un adecuado nivel de garantía. Puede ocurrir también que el recurso sea un elemento limitante de las demandas, en cuyo caso deberán reducirse para adaptarse al recurso disponible.

En el proceso de planificación, la satisfacción de las demandas puede considerarse desde un doble aspecto: en primer lugar enlazándola con la modelización (previsión de funcionamiento de futuro) de los sistemas de gestión de la cuenca, lo que nos permitirá obtener las características de las infraestructuras necesarias para satisfacer las demandas o las limitaciones que deban imponerse a tales demandas globales. En segundo lugar, y en la línea del adecuado aprovechamiento del recurso, la planificación hidrológica debe incluir los condicionantes, caracterización y limitaciones a los que deben adaptarse las demandas de los distintos usos y aprovechamientos. Estos condicionantes de las demandas deben traducirse en normativa que deberá ser tenida en cuenta en los informes de aprovechamientos que preceptivamente deberán ser llevados a cabo por la Oficina de Planificación.

 3.3.1.- Evaluación y caracterización de las demandas

3.3.1.1.- Abastecimientos Urbano

La demanda de población fija para abastecimientos urbanos, incluyendo las industrias de poco consumo conectadas a las redes municipales, adoptando las dotaciones* establecidas en la O.M. de 24 de septiembre de 1992 es de 319 hm3. A esta cantidad hay que añadirle la parte de los volúmenes trasvasados a la cuenca del Norte, que después de turbinados en el salto de Barazar se aprovechan para el abastecimiento y uso industrial del Gran Bilbao**. Este volumen asciende a 150 hm3/año. También se incluye aquí el trasvase existente para satisfacer la demanda urbano e industrial del campo de Tarragona, con un consumo en 1993 de 42 hm3. En base a lo anterior, y con las precisiones efectuadas, la demanda para abastecimiento urbano dependiente de la cuenca del Ebro es de 506 hm3. La componente estacional se evalúa aproximadamente en 6,25 hm3/año que no serían directamente sumables a los anteriores. Esta demanda estacional si bien no es significativa en términos globales sí que lo es para los municipios turísicos, implicando en algunos casos unas demandas punta muy superiores a las permanentes, con los efectos consiguientes en el dimensionamiento de las infraestructuras.


* Para todos los horizontes temporales se supone que a las poblaciones menores de 50.000 habitantes se les asigna la dotación correspondiente a actividad industrial
media y a las de más de 50.000 habitantes, la correspondiente a actividad industrial alta.
 ** En las condiciones de la concesión no se recoge explícitamente el volumen máximo de trasvase.

El volumen de la demanda citado no se corresponde con el volumen realmente suministrado, ya que existe una gran dispersión en los datos de las localidades pequeñas.

Para la evaluación de la demanda futura se parte de las proyecciones demográficas abierta y cerrada efectuadas para las entidades municipales de la cuenca y se aplican la dotaciones de la O.M. citada. Se obtienen para el horizonte 2002 unas demandas dentro de la propia cuenca del Ebro de 317 y 316 hm3 respectivamente. A este horizonte puede suponerse invariable el volumen de abastecimiento al Gran Bilbao y que el trasvase a Tarragona alcanza los 70 hm3. Con ello la demanda total asciende a 538 hm3 (537 para proyección de población cerrada). En todos los casos se ha utilizado la población de hecho.

Si bien a nivel global el aumento de demanda no es significativo, no ocurre lo mismo cuando el análisis se desagrega a nivel de municipios. Para los municipios más poblados, los incrementos de demanda en este horizonte son del orden del 12% respecto de la demanda actual.

No se dispone de proyecciones de población a más largo plazo. Suponiendo para dicho horizonte invariable la población, con las correspondientes dotaciones y suponiendo constante el trasvase al Gran Bilbao y totalmente desarrollado el trasvase a Tarragona, la demanda total de abastecimiento se evalúa en 601 hm3. cabría hacer aquí la misma precisión respecto de a evolución de la demanda de los municipios con población creciente.

En cualquier caso puede decirse que la demanda urbana es de muy escasa entidad (del orden del 5% de la demanda agrícola) por lo que las imprevisibles desviaciones que pudieran producirse en el futuro sólo tendrían importancia en términos relativos y no en valores absolutos a nivel de toda la cuenca.

Desde el punto de vista de disponibilidad del recurso hídrico la satisfacción de las demandas de abastecimiento no es problemática a nivel de toda la cuenca. No obstante lo anterior existen problemas localizados para la mayoría de los cuales existen soluciones previstas en los planes de abastecimiento de las Comunidades Autónomas y Administraciones locales. Desde el punto de vista cualitativo existen problemas en el abastecimiento de determinados núcleos con tomas en el bajo Gállego, bajo Cinca, eje del Ebro, bajo Jalón y también se han producido problemas puntuales en el abastecimiento desde acuíferos, por su elevado contenido en nitratos o por sobreexplotación (Alfamén, Vicfred-Guissona, aluviales riojanos). A continuación se indica una síntesis de los problemas detectados. Los abastecimientos con toma en los grandes canales pueden condicionar su explotación, lo que se palia con la implantación de depósitos de reserva que permitan hacer frente a los cortes, ordinarios o accidentales.

Desde el punto de vista del informe de concesiones, en la Normativa del Plan Hidrológico se adoptan las prescripciones aprobadas en las Directrices del Plan Hidrológico, incorporándose las prognosis de población efectuadas siguiendo también lo establecido en las citadas directrices.

También se incluye en la Normativa, dentro de los trabajos a desarrollar por la Oficina de Planificación, los necesarios para mantener actualizados y perfeccionar los datos necesarios para la mejor definición de las demandas de abastecimiento.

PROBLEMÁTICA DE LOS ABASTECIMIENTOS

Cabecera del Ebro, aguas arriba del embalse del Ebro

Problemas estacionales y locales en varios núcleos por inadecuación de las infraestructuras de captación y regulación.

Cuenca del Oca

Problemas estacionales en la mancomunidad del alto Oca por inadecuación de las infraestructuras de captación y regulación, que afectan incluso al núcleo de Briviesca.

Problemas derivados de la escasez de recursos en la cuenca del Matapán.

Cuenca del Oroncillo

Existen déficit por escasez de recursos en la cabecera.

Problemas de abastecimiento en edificaciones dispersas del entorno de Miranda de Ebro por inadecuación de infraestructuras.

Cuenca del Nela

A pesar de la abundancia de recursos existen problemas estacionales por carecer de regulación (verano) en núcleos dispersos y en particular en Espinosa de los Monteros, Villarcayo y Medina de Pomar.

Cuenca del Jerea

Hay significativos déficit en los abastecimientos de toda la cuenca, especialmente en Quincoces, Valle de Losa, Pedrosa de Tobalina y la intercuenca con el río Purón.

Cuenca del Omecillo

Problemas estacionales en la cabecera del Tumecillo y en zona del Espejo.

Cuenca del Tirón

Problemas en la cuenca del Reláchigo y, en la margen izquierda, en los núcleos incluidos en la mancomunidad del alto Oca: Quintanilla de S. García, Mañuelas, Carrias, Quintalobranco y Villambistía.

Cuenca del Glera

Problemas de calidad del recurso en algunos núcleos: Bañares, Ollauri, Rodezno, Cidamón y Ciuri.

Cuenca del Iregua

Existen problemas de escasez en la comarca del somontano del Moncalvillo y de calidad en Entrena.

Cuenca del Leza

Problemas estacionales en Agoncillo y Murillo de río Leza.

Cuenca del Cidacos

Problemas estacionales en Arnedo (La Rioja).

Cuenca del Alhama

Problemas estacionales en Matalebreras (Soria).

Cuencas Queiles y Huecha

La problemática no es infraestructural, sino de escasez de recursos por falta de regulación de los mismos, en lo que se refiere a la Mancomunidad de Aguas del Moncayo.

Cuencas del Jalón

Falta de disponibilidad estacional en varios núcleos por encima de Alhama de Aragón.

Problemas de calidad en los abastecimientos con aguas subterráneas del bajo Jalón:

Cuenca del Huerva

Problemas infraestructurales en las edificaciones diseminadas de la parte baja de la cuenca.

Cuenca del Aguasvivas

Problemas de escasez de recursos en Azuara, Villar de los Navarros y Lécera.

Cuenca del Martín

Problemas de escasez en Escucha y de gestión en la cuenca del Escuriza.

Cuenca del Guadalope

Escasez en los abastecimientos de las cuencas de Celumbres y Cantavieja.

Escasez en otros municipios dispersos: Berge, Foz Calanda, Los Olmos, La Codoñera, Torrecilla de Alcañiz, Torrevelilla, Hinojosa de Jarque y Jarque de la Val.

Cuenca del Matarraña

Abastecimiento deficitario en algunos núcleos de la parte baja de la cuenca: Maella, Fabara, Nonaspe.

Cuenca del Ciurana

Abastecimientos aguas abajo del embalse de Ciurana, con déficits estacionales en Gratallops, Torroja, Poboleda y Porrera.

Cuenca del Segre

Falta de recursos en el valle del Llobregós y en el valle de Rialp.

Problemas de inadecuación de infraestructuras en numerosos núcleos de la margen derecha del Segre medio y bajo.

Cuencas de Ésera y Noguera Ribagorzana

Falta de recursos regulados en algunas poblaciones dispersas: Güell, Montañana, Monesma, etc.

Los abastecimientos dependientes del C.A.C. y Piñana, no disponen generalmente de depósitos de regulación ni infraestructuras adecuadas de potabilización.

Cuencas del Gállego-Cinca

Los problemas infraestructurales y de falta de regulación se dejan sentir en numerosos núcleos destacando la ciudad de Huesca y otros en los que existe una gran afluencia de población estacional: Biescas, Torla, etc.

Problemas en calidad en la mancomunidad de Monegros: Leciñena, Farlete, Monegrillo y Perdiguera, con toma en el Gállego.

A través de R.A.A. se abastecen más de 100 núcleos que habitualmente carecen de grandes depósitos de regulación, lo que impone una importante limitación a las obras de conservación de canales.

Cuenca del Arba

Problemas por escasez de recursos en los ríos del Arba aguas arriba del Canal de Las Bardenas, en especial: Biel, Luesia, Fuencalderas, El Frago, etc.

Falta de capacidad en los depósitos de los abastecimientos dependientes del Canal de Bardenas, incluyendo a Ejea de los Caballeros.

Cuenca del Aragón

Problemas por falta de recursos regulados en la cuenca del Onsella y en las zonas altas del Irati y Salazar.

Problemas por falta de regulación de recursos en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y Eje Carcastillo-Caparroso, y a falta de recursos en la Mancomunidad de Servicios de la Comarca de Sangüesa.

Cuenca del Zadorra

Problemas pro falta de recursos regulados en la llanada Alavesa.

Cuenca del Bayas

Problemas en diversos municipios de esta cuenca por falta de regulación.

Eje del Ebro

A lo largo del eje del Ebro existen numerosos problemas en los abastecimientos por la inadecuada calidad del recurso; destaca entre todos el de la ciudad de Zaragoza y su entorno en el denominado "Corredor del Ebro".

También Amposta, Tortosa y otros núcleos de la zona baja tienen problemas de calidad.

3.3.1.2.- Regadíos y usos agrarios

Le corresponde la siguiente lámina:

3.3.1.2.1.- Demanda Agrícola

En este apartado de demanda agrícola se analizan las necesidades de agua para riego, que engloban las necesidades hídricas de los cultivos y las de otros requerimientos funcionalmente asociados a las técnicas de regadío como son los riegos previos a la siembra,las necesidades de lavado de los suelos, los riegos de protección contra heladas etc.

En primer lugar consideraremos la situación actual de suministro de agua para regadío. En los llamados pequeños regadíos, la insuficiencia de elementos de control actualmente existente en las redes de riego dificulta la precisión en el conocimiento de los volúmenes realmente suministrados. Para la mayoría de los grandes sistemas se conocen con mayor precisión los volúmenes derivados por los canales así como los repartos del agua para los diferentes usos. Alcanzan, para los tres últimos años, un valor promedio de 3.650 hm3 para las aproximadamente 400.000 ha. regables de los citados grandes sistemas sin incluir los Canales del Delta ni Piñana.

La mayoría de los regadíos suministrados desde regulaciones han conseguido, en la situación actual, una adecuación entre la disponibilidad del recurso y los requerimientos de las zonas regables. Para aquellos regadíos que se nutren de aguas fluyentes son muy frecuentes las situaciones de infradotación estival. Obviamente existen numerosos casos intermedios y excepciones, tal vez el caso más conocido es el del canal de Aragón y Cataluña que si bien se suministra desde regulaciones, su extensa zona regable sufre una infradotación estructural derivada de la escasa capacidad de embalse en el Ésera. En los cuadros adjuntos se reflejan los problemas detectados en los regadíos de las respectivas cuencas.

PROBEMÁTICA DE LOS REGADÍOS

Cabecera de Ebro (aguas arriba del Embalse del Ebro)

Problemas locales en algunas parcelas ligadas a explotaciones ganaderas. Hay amplias zonas de abandono.

Cuenca del Rudrón

Hay déficits puntuales en Basconcillos del Tozo y en Sedano (río Moradillo) por falta de regulación.

Cuenca del Oca

Existen carencias por falta de regulación en la práctica totalidad de la cuenca, más acentuadas en la cuenca del Homino.

Cuenca del Oroncillo

Destaca como deficitaria, por falta de regulación, la zona dominada por el Canal de Miranda.

Cuenca del Tirón

Escasez generalizada entre cabecera y el embalse Leiva, también en la subcuenca del Reláchigo, y otros tributarios menores por la margen derecha hasta las zonas dominadas por elevaciones del río Tirón.

Cuenca del Glera

En la zona central de esta cuenca hay una gran implantación del riego con aguas subterráneas que se encuentra limitada por la deficiente calidad de las infraestructuras de captación y falta de regulación.

Cuenca del Najerilla

En la cuenca del Najerilla existe déficit de recursos regulados en las subcuencas del Yalde y Cárdenas. En los canales no hay falta de regulación sino una compleja y dificultosa explotación.

Cuenca del Iregua

Hay importantes déficits por falta de regulación en buena parte de los regadíos de la parte baja de la cuenca, en particular en las comunidades de regantes de Navarrete, Entrena y Fuenmayor en las que se ven obligados a restringir muchos cultivos por falta de disponibilidad de agua. El embalse de Pajares solucionará los déficits.

Cuenca del Leza-Jubera

Es una cuenca muy deficitaria. Destaca como área más afectada la de Murillo de Río Leza donde únicamente pueden garantizarse recursos hídricos para el cereal.

Cuenca del Cidacos

En esta cuenca los déficit se concentran en la parte baja, desde Arnedo a desembocadura. Así, los regadíos de Arnedo, Quel y Autol están clasificados según las disponibilidades de agua en cada acequia. Calahorra atiende parte de los riegos del Cidacos con elevaciones desde el Canal de Lodosa.

Cuenca del Alhama

Hay una complicada gestión entre aguas propias de la cuenca con diversos derechos y elevaciones desde el Canal de Lodosa. Destacan como deficitarios los regadíos del Alhama aguas abajo de Fitero.

Cuenca del Linares

Hay déficit apreciables en los tt. mm. de Cornago e Igea, a veces utilizando tan solo aguas de invierno.

Cuenca del Añamaza

En esta cuenca hay dos entornos de regadío diferenciados, los coincidentes con la antigua laguna de Añavieja que carecen de infraestructuras adecuadas y los de aguas abajo del embalse de Valdegutur parcialmente deficitarios. Por otra parte están los regadíos del Canal de S. Salvador que son fuertemente deficitarios y presentan un importante problema de gestión respecto a su régimen concesional.

Cuenca del Queiles

Hay déficit especialmente agudos desde Cascante, y en general en la parte baja del Queiles.

Cuenca del Huecha

Importantes déficit en Magallón, Agón y Bisimbre, donde incluso recurren al riego de año y vez. La carencia de recursos regulados es general en toda la cuenca.

Cuenca del Jalón (antes del Piedra)

Es una cuenca con escasez de recurso regulado. Los regadíos son deficitarios en toda la zona. Se precisa un incremento de regulación de sus descargas.

Cuenca del Jiloca

En la cuenca alta, aguas arriba de Calamocha, a pesar de existir recursos suficientes existe un problema derivado de su ordenación.

Las zonas media y baja de la cuenca son fuertemente deficitarias, existen en ellas cultivos que precisan elevada garantía. en general se precisa la regulación de sus descargas subterráneas.

Cuencas del Perejiles y Grío

Presentan déficit derivado de la escasez de recursos.

Cuenca del Ribota

Los regadíos resultan deficitarios por la escasez de recursos.

Cuenca del Manubles

Existen problemas de escasez en la parte baja de la cuenca, desde Villalengua a Ateca, por falta de regulación.

Cuenca del Aranda-Isuela

Los déficit se limitan a la subcuenca del Isuela por la falta de regulación en sus descargas subterráneas.

Cuenca del Jalón (después del Piedra)

Los regadíos dependientes del embalse de Tranquera sufren un déficit importante en las partes bajas de la cuenca no dominados por el Canal Imperial.

Cuenca del Jalón (aguas subterráneas s.s.)

Los regadíos con pozos en la cuenca baja del Jalón, desde Fuendejalón hasta el campo de Cariñena y Alfamén, presentan ciertos problemas de gestión por carecer de unas normas de explotación que faciliten el adecuado control y gestión de los volúmenes extraídos.

Cuenca de Gallocanta

Los regadíos se encuentran enfrentados a los efectos que provocan sobre el equilibrio natural de la laguna. Se precisa una normativa de explotación apropiada.

Cuenca del Huerva

El principal problema es la escasez de recursos, en especial para los cultivos de hortalizas en fresco de la parte baja de la cuenca.

Cuenca del Aguasvivas

Los regadíos que dependen de los embalses de Moneva y Almochuel son claramente deficitarios. Se precisaría un incremento de regulación a expensas de los recursos subterráneos o con elevaciones del Ebro para la parte baja.

Cuenca del Martín

Existen varias zonas deficitarias, tanto en cabecera como en la cuenca del Escuriza, pero destaca especialmente el déficit que registran los regadíos de la parte baja de la cuenca. La solución del problema podría pasar por regular las importantes descargas subterráneas que se producen en esta cuenca y por la aportación de recursos del Ebro por medio de elevaciones.

Cuenca del Guadalope

Los problemas para los regadíos actuales se limitan a las zonas ubicadas por encima de los embalses reguladores y también en ciertos afluentes: Guadalopillo y Mezquín.

Cuenca del Matarraña

Hay déficit derivados de la insuficiente regulación. Coexisten dos tipos de regadío, el tradicional que es especialmente deficitario en la parte baja (Maella-Fabara-Nonaspe) y el denominado de "segundo turno" que aprovecha las aguas sobrantes y emplea dotaciones muy bajas. También hay notables carencias en la subcuenca del Tastavíns.

Cuenca del Algas

Es una zona fuertemente deficitaria con cultivos que precisan una elevada garantía. Requerirá una regulación plurianual dado lo irregular de sus aportaciones.

Cuenca del Canaleta

Debido a la escasez de recursos prácticamente no existen aprovechamientos para riego.

Plana de la Galera

Sus regadíos se abastecen mayoritariamente de aguas subterráneas y, en la mitad occidental (Cenia-Cherta), precisan infraestructuras de gran envergadura, lo que limita el que puedan realizarse algunas obras para atender pequeñas superficies por la iniciativa privada, sin una adecuada política de ayudas.

Cuenca del Ciurana

Los escasos regadíos de esta cuenca mantienen una tónica general deficitaria en parte condicionada por la transferencia de recursos al embalse de Riudecañas en las Cuencas Internas de Cataluña.

Cuenca del Segre

Los problemas más importantes se encuentran los regadíos de Urgel; Allí se yuxtaponen el déficit, que se espera solucionar en parte con el embalse de Rialp, con la falta de revestimiento en parte de los canales mayores.

Por otra parte, los riegos de cabecera, hasta Seo de Urgel, sufren los inconvenientes de la falta de regulación.

También hay problemas derivados de la falta de revestimiento en acequias aguas abajo del Noguera Pallaresa.

Cuencas del Ésera-Noguera Ribagorzana (C. de Aragón y Cataluña)

La zona regable del Canal de Aragón y Cataluña es estructuralmente deficitaria, donde se unen la falta de recursos regulados, la escasa capacidad del canal, la falta de flexibilidad en labores de mantenimiento por la dependencia que imponen los abastecimientos atendidos desde el canal y la extensa zona de riego.

El regadío aguas arriba de los embalses no presenta problemas salvo en la subcuenca del Isábena, donde el regadío se ve limitado por la falta de regulación.

Cuencas del Gállego-Cinca (Riegos del Alto Aragón)

La situación actual es, en la mayoría de los casos y en los de mayor importancia, satisfactoria. No existen, sin embargo, sobrantes para una expansión de las zonas regadas sin otro tipo de actuaciones (aumento de regulación, modulación, etc.).

Cuenca del Cinca

Existen problemas de escasez en los riegos tradiciones de la Hoya de Huesca (subcuencas del Isuela y Flumen) a causa de la falta de recursos regulados.

Cuenca del Gállego

Las cuatro acequias de la parte baja de la cuenca: Camarera, Candevania, Urdán y Rabal, tienen suficientes recursos pero no modulados y mal distribuidos; así, las dos últimas, situadas aguas abajo, son las que suelen tener los mayores problemas.

También hay problemas de carencia de agua regulada para los riegos dependientes del Pantano de Las Navas.

Cuenca del Aragón-Arba (Bardenas)

En la situación actual se pueden atender perfectamente los regadíos de Bardenas y de los Arbas aguas abajo del Canal. Sin embargo, los paulatinos aumentos de superficie en la zona de Bardenas II y la progresiva sustitución de cultivos por especies de mayor necesidad hídrica, pueden llegar a hacer insuficiente el nivel actual de regulación, tanto en lo referido a volúmenes como en la adecuación de las redes de distribución.

Cuenca del Arba (antes de Bardenas)

Es una zona fuertemente deficitaria con recursos muy limitados.

Cuenca del Aragón (excepto Bardenas)

Los regadíos del Aragón antes de Yesa se encuentran en franco retroceso y a pesar de disponer de importantes recursos sus garantías son limitadas debido a la carencia de obras de regulación.

Los regadíos del Aragón después de Yesa se atienden con aguas procedentes del embalse y del río Irati, su compaginación con un cierto aprovechamiento hidroeléctrico da lugar a su carencia de modulación demandando el conjunto un volumen de agua mucho mayor del que requieren los regadíos.

Cuenca del Irati

Los riegos se concentran en la parte baja de la cuenca, aguas abajo de Aoiz en el Irati y de la Foz de Arbayún en el Salazar. No hay problemas de déficit, aunque son frecuentes los bombeos desde los cauces.

Cuenca del Zidacos (cuenca del Aragón)

La práctica totalidad de la cuenca resulta deficitaria, especialmente aguas abajo de Tafalla. El problema se concreta en la carencia de recursos propios.

Cuenca del Arga

En su cabecera, hasta Pamplona, las demandas de riego se centran en pequeñas explotaciones en muchos casos de fin de semana, careciendo de una adecuada regulación.

Las subcuencas del Ulzama, Basaburúa y Araquil son eminentemente ganaderas en las que destaca la producción de pastos. La falta de regulación induce ciertos déficit, más significativos en la zona del Ulzama donde además existen otros cultivos en regadío.

El Arga medio y bajo no presenta problemas; en aquellas zonas más bajas donde la disponibilidad de recurso es escasa se recurre a la utilización de aguas subterráneas.

Cuenca del Inglares

Los escasos recursos del Inglares presentan falta de regulación para atender adecuadamente sus demandas.

Cuenca del Ayuda

Los regadíos de esta cuenca resultan deficitarios. Requieren un incremento de regulación.

Cuenca del Zadorra

Los regadíos de esta cuenca emplean dotaciones muy bajas respecto a las utilizadas en el resto del Ebro; sin embargo existen ciertos problemas de suministro en verano por falta de regulación.

Cuenca del Bayas

La falta de regulación condiciona la existencia de pequeños déficit estacionales en los regadíos de la parte baja de la cuenca.

Cuenca del Omecillo

Los déficit se circunscriben a la cabecera del Tumecillo a la zona Espejo, afectando a la producción patatera en el primer caso y a los pastos en el segundo.

Cuenca del Jerea

Existen déficit en el valle de Losa en torno a la producción patatera.

Cuenca del Nela

Por falta de regulación se producen déficit en la mayor parte de los regadíos, destacando las áreas de Espinosa de los Monteros, Villarcayo y Medina de Pomar, así como en el río Salón aguas abajo de la desembocadura del Pucheruela.

Eje del Ebro (hasta el azud de Pignatelli)

Los regadíos, en general, se atienden adecuadamente excepción hecha del canal de Lodosa que padece déficits en años secos y que, debido a deficiencias infraestructurales no permite mayor expansión de la superficie regable mediante elevaciones. El embalse de La Loteta mejorará significativamente la explotación.

Eje del Ebro (desde Pignatelli al Gállego)

Los déficit de este tramo se limitan a algunos años secos, especialmente en el Canal Imperial de Aragón y en menos medida en el de Tauste.

La gran distancia desde el azud de Pignatelli al embalse del Ebro (regulador de las aguas del Canal Imperial) da lugar a que exista

un importante desfase temporal entre suelta y toma, de tal manera que el sistema pierde eficacia en la gestión de sus recursos. También la situación mejorará cuando esté en explotación La Loteta.

Eje del Ebro (Gállego-Mequinenza)

En esta zona no existen problemas de disponibilidad.

Eje del Ebro (Mequinenza-Azud de Cherta)

Cabe considerar la problemática existente en los regadíos del entorno de Mora de Ebro,donde a pesar de la disponibilidad de recursos hay cierta inadecuación de las infraestructuras. El problema se mitiga localmente con el aprovechamiento de las aguas subterráneas.

Delta del Ebro

Los regadíos del Delta no presentan problemas de disponibilidad. No obstante su problemática se centra en la necesidad de utilizar dotaciones muy elevadas debido a causas diversas, entre las que cabe citar la permeabilidad natural del terreno y la necesidad de efectuar una carga isostática de agua dulce que frene el ascenso capilar del agua salada.

En contraposición a las situaciones de equilibrio y escasez anteriormente expuestas existen numerosos ejemplos de zonas de riego cuyos volúmenes derivados son superiores a los que les corresponderían si sus dotaciones se ajustaran a las consideradas como adecuadas, es decir, a las dotaciones objetivo. Las razones que conducen a esta ineficiencia son múltiples y se analizan en el punto correspondiente.

En un uso de tanta importancia cuantitativa como es el agrario, la determinación con precisión de los requerimientos unitarios de la demanda, es decir de las dotaciones consideradas como necesarias para el desarrollo de los cultivos con una eficiencia razonable, para las diversas posibles ubicaciones geográficas, tiene una relevante significación. En la Oficina de Planificación el cálculo se ha llevado a cabo determinando la evapotranspiración potencial por el método de Penman modificado, aplicándose una serie de coeficientes correctores, y obteniéndose las necesidades netas de los diferentes cultivos para las correspondientes comarcas agrarias.Las dotaciones por cultivos y comarcas se obtienen a partir de las series de necesidades netas, suponiendo una eficiencia global de riego mínima del sistema (transporte, distribución y aplicación) de 60%, calculándose su valor medio y su valor para una probabilidad de lluvia de 80%. Finalmente se calculan las dotaciones objetivo máximas para una alternativa de ocupación de cultivos de futuro para las comarcas agrarias, a partir de ellas se obtienen las dotaciones que se introducen en los modelos de simulación, desagregadas en grandes sistemas y tramos de río.

Las dotaciones así calculadas figuran como Anexo en la normativa del Plan Hidrológico y son las que se introducen (salvo excepciones razonadas) en los modelos de simulación y las que deberán respetarse en los informes de concesiones y en los casos de revisión, salvo justificación fundada.

El segundo elemento necesario para el cálculo de la demanda agrícola son las superficies de riego.Las superficies regables se han obtenido del "Inventario de Aprovechamientos Hidráulicos y Vertidos de las cuencas del Ebro y Garona", de la Comisaría de Aguas, que está en fase de revisión y actualización permanente. A continuación se presenta un resumen de dichas superficies agrupadas por grandes canales o sistemas de riego y por pequeños regadíos y una síntesis por Comunidades Autónomas.

Obviamente el volumen total de la demanda de regadío se obtiene sumando para toda la cuenca los productos de las superficies por las correspondientes dotaciones.

En cifras absolutas, la demanda de las actuales superficies regables concesionales obtenidas del inventario citado, aplicando las dotaciones consideradas como objetivo para la situación actual de distribución de cultivos es de 6.310 hm3/año, siendo la superficie regable actual concesional de 783.948 ha*. Como se ha dicho anteriormente, la cifra de la demanda no coincide con el volumen anual suministrado, que depende de las superficies realmente regadas, de la distribución real anual de cultivos y de otros factores de distinta naturaleza. Un objetivo del Plan Hidrológico será acercar, dentro de límites razonables, los suministros a las demandas objetivo, para lo que se requerirán numerosas adaptaciones infraestructurales, estructurales, administrativas y financieras.

Para las situaciones de futuro, podemos decir que, desde el punto de vista hidrológico-hidráulico, el máximo regadío posible, con las obras de regulación y adecuaciones concesionales establecidas en las Directrices, con las dotaciones objetivo aceptadas y con el abanico de garantías establecido en las ya citadas Directrices del Plan Hidrológico, es de 985.999 ha, a las que les corresponderá una demanda de 8.213 hm3 para el primer horizonte. Para el segundo horizonte, con las mismas hipótesis, la superficie máxima acumulada de regadío será de 1.271.306 ha con una demanda de 9.879 hm3. Ello supone unos aumentos parciales de 202.051 ha y de 285.307 ha para cada uno de los dos horizontes. No obstante el desarrollo efectivo de estas superficies estará condicionado por las decisiones que sobre política agraria tomen los organismos competentes.


* En los modelos se ha considerado un total de 778.284 ha debido a que existen pequeños afluentes no considerados.


SUPERFICIE REGABLE ACTUAL SEGÚN EL INVENTARIO DE APROVECHAMIENTOS Y VERTIDOS
GRANDES CANALES
NOMBRE DEL CANAL SUPERFICIE
(ha)
Canal margen derecha del Ebro 15.170,00
Canal margen izquierda del Ebro 12.690,00
Canal margen derecha del Najerilla 2.785,00
Canal margen izquierda del Najerilla 5.015,00
Canal Imperial de Aragón1  26.508,00
Canal de Lodosa 28.888,00
Canal de Lodosa (Riegos de Invierno) 3.930,00
Canal de Tauste 9.022,00
Sistema Monegros I (R.A.A) 32.664,00
Canal del Flumen2 (R.A.A) 22.115,00
Sistema Monegros II (R.A.A) 800,00
Canal del Cinca2 (R.A.A) 42.600,00
Canal de Bardenas I (Bardenas) 56.952,00
Canal de Bardenas II (Bardenas) 3.749,00
Canal de Aragón y Cataluña-Zona Alta 54.046,00
Canal de Aragón y Cataluña-Zona Baja 44.156,00
Canal auxiliar de Urgel 23.500,00
Canal de Piñana 13.495,00
Canal Principal de Urgel4 51.500,00
Canal Principal de Urgel (Riegos de invierno) 5.796,00
TOTAL GRANDES CANALES: 455.381,00

1Según el inventario específico de la Oficina de Planificación de la Confederación del Ebro.
2 Según tarifas C.H.E. - 93 de Monegros I y Canal del Cinca.
3 Según el inventario específico de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Incluye superficie excluida de los Planes Coordinados y regadíos antiguos del Arba.
4 Las superficies a considerar en el Plan Hidrológico tanto en situación actual como futura son de 23.500 ha para el Canal Auxiliar y 51.500 ha para el Canal Principal, sin contar los actuales regadíos de invierno.

RESTO DE LAS TOMAS POR RÍOS Y PROVINCIAS:
NÚMERO RÍO PROVINCIA SUPERFICIE
(ha)
SUPERF.
PARCIAL
(ha)
SUPERF.
TOTAL
(ha)
1 EBRO ALTO* CANTABRIA 360,00   
    BURGOS 325,86   
    PALENCIA 45,00   
    ÁLAVA 251,30 982,48  
  EBRO ALTO MEDIO* ÁLAVA 1.785,27   
    LA RIOJA 9.352,84   
    NAVARRA 4.866,89 16.005,00  
  EBRO MEDIO* LA RIOJA 31,00   
    NAVARRA 2.854,00   
    ZARAGOZA 1.881,00 4.766,00  
  EBRO MEDIO-BAJO* ZARAGOZA 19.815,00 19.815,00  
  EBRO BAJO* TARRAGONA 6.544,00   
    LÉRIDA 166,00 6.660,00 48.228,48
101 VIRGA CANTABRIA 1,30 1,30
102 HIJAR CANTABRIA 191,14 191,14
104 POLLA CANTABRIA 0,05 0,05
105 NELA BURGOS 758,10 758,10
106 RUDRÓN BURGOS 29,50 29,50
107 JEREA BURGOS 72,68 72,68
108 OCA BURGOS 409,52 409,52
109 PURÓN BURGOS    
    ÁLAVA 30,00 30,66
110 MOLINAR BURGOS 37,37 37,37
111 OMECILLO ÁLAVA 1.289,03  
    BURGOS 9,55 11.289,58
112 ORONCILLO BURGOS 49,35  
    LA RIOJA 2,49 51,84
113 BAYAS ÁLAVA 645,00 645,00
114 TIRÓN (sin Oja) LA RIOJA 1.296,00  
    BURGOS 1.065,00 2.361,00  
  OJA LA RIOJA 495,00   
  OJA - Aluvial LA RIOJA 2.680,00 3.175,00 5.536,00
115     17.734,00  
      2.454,00 20.188,00

* Según un estudio de los regadíos existentes en el eje del Ebro realizado por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Está excluida la superficie de regadío incluida en los Grandes Sistemas y abastecida desde los Grandes Canales.


116 NAJERILLA BURGOS 2,00  
    LA RIOJA 3.383,00 3.385,00
117 INGLARES ÁLAVA 1.920,00 1.920,00
118 IREGUA LA RIOJA 8.878,00 8.878,00
119 LINARES NAVARRA 680,00 680,00
120 LEZA LA RIOJA 1.300,00 1.300,00
121 EGA ÁLAVA 3.106,00  
    NAVARRA 4.033,00 7.139,00
122 CIDACOS SORIA 20,00  
    LA RIOJA 4.037,00 4.057,00
123 ARAGÓN (sin Arga, Irati, Zidacos y Onsella) ZARAGOZA 294,39   
    NAVARRA 14.598,43   
    HUESCA 1.631,18 16.524,00  
  ARGA (sin Araquil) NAVARRA 3.856,00 3.856,00  
  ARAQUIL ÁLAVA 656,55    
    NAVARRA 432,45 1.119,00  
  IRATI NAVARRA 551,00 551,00  
  ONSELLA NAVARRA 7,50    
    ZARAGOZA 133,50 141,00  
  ZIDACOS NAVARRA 2.231,00 2.231,00 24.422,00
 124 ALHAMA SORIA 637,00   
    NAVARRA 8.263,00   
    LA RIOJA 3.409,00 12.309,00 
125 ARBAS* ZARAGOZA 3.302,00 3.302,00 
126 QUEILES ZARAGOZA 5.943,00   
    SORIA 184,00   
     NAVARRA 6.004,00 12.131,00
128 HUECHA ZARAGOZA 6.419,00 6.419,00
127 GÁLLEGO (sin Sotón) ZARAGOZA 16.992,00  
    HUESCA 2.093,00 19.085,00  
  SOTÓN** HUESCA 2.650,00 2.650,00 21.735,00

 


* La superficie indicada corresponde a la parte de los Arbas no incluida en Bardenas.

** Los regadíos muy deficitarios, y la superficie realmente regada no sobrepasa las 300-400 ha. 


 

129 SEGRE (sin Nogueras y Cinca) ZARAGOZA 190,88   
    HUESCA 192,43   
    GERONA 4.487,00   
    LLEIDA 22.074,00   
    BARCELONA 36,00   
    TARRAGONA 14,00 26.995,00  
  CINCA (sin Ésera y Alcanadre) LÉRIDA 270,00   
    HUESCA 11.103,00 11.373,00  
  ALCANADRE (sin Flumen y Guatizalema) HUESCA 3.421,00 3421,00  
  GUATIZAMEMA HUESCA 1.250,00  1.250,00  
  FLUMEN (sin Isuela) HUESCA 6.057,00 6.057,00  
  ISUELA HUESCA 2.160,00 2.160,00  
  ÉSERA HUESCA 2.547,00 2.547,00  
  NOGUERA LÉRIDA 5.431,00 5.431,00  
  NOG. RIBAGORZANA HUESCA 489,00   
    LÉRIDA 2.291,00 2.780,00 62.014,00
130 JALÓN (sin Piedra y Jiloca) SORIA 2.673,63   
    ZARAGOZA 24.192,37 26.866,00  
  PIEDRA GUADALAJARA 240,74   
    ZARAGOZA 1.442,26 1.683,00  
  JILOCA TERUEL 12.351,00   
    ZARAGOZA 2.674,00 15.025,00 43.574,00
131 LA CANA TARRAGONA 0,97  
    LÉRIDA 1,03 2,00
132 HUERVA ZARAGOZA 2.528,00  
    TERUEL 304,00 2.832,00
133 CIURANA TARRAGONA 3.654,00 3.654,00
134 GINEL ZARAGOZA 816,00 816,00
136 AGUASVIVAS ZARAGOZA 3.047,00   
    TERUEL 983,00 4.030,00  
  CÁMARAS TERUEL 40,00   
    ZARAGOZA 696,00 736,00 4.766,00
138 MARTÍN ZARAGOZA 924,00  
    TERUEL 5.502,00 6.426,00
140-142 GUADALOPE-REGALLO ZARAGOZA 4.104,00  
    TERUEL 8.619,00  
    CASTELLÓN 275,00 12.998,00

 

144 MATARRAÑA* ZARAGOZA 3.497,00  
    TERUEL 1.437,00  
    TARRAGONA 767,00 5.701,00
146 SEC TARRAGONA 100,00 100,00
148 CANALETA TARRAGONA 135,00 135,00
TOTAL TOMAS RÍOS: 
TOTAL RÍO EBRO: 
2 GARONA LÉRIDA 394,47 394,47
TOTAL CONFEDERACIÓN EBRO: 783.948,69

 

 


* De las 5.700 ha regables de la cuenca del Matarraña, 2.000 ha son de riegos eventuales o de 2º turno, que se riegan con aguas sobrantes, perteneciendo 556 ha a la cuenca del río Algás y las 1.444 ha restantes de la cuenca del río Matarraña. El reparto por provincias de las 3.700 ha de regadío plenamente desarrollado es: 2.053 ha en Zaragoza; 1.436 ha en Teruel y 211 ha en Tarragona.


 

SUPERFICIES REGABLES SEGÚN EL INVENTARIO DE APROVECHAMIENTOS Y VERTIDOS
POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS
COMUNIDAD
AUTÓNOMA
 SUPERFICIES DE REGADÍO Y PORCENTAJES
   GRANDES CANALES PEQUEÑOS REGADÍOS TOTAL
  ha % ha % ha %
ARAGÓN 237.813,00 52,22 161.721,01 49,13 399.045,01 50,93
CANTABRIA 0,00 0,00 552,81 0,17 552,81 0,07
CATALUÑA 160.625,00 35,27 46.316,16 14,14 207.035,69 26,42
CASTILLA-LA MANCHA 0,00 0,00 240,74 0,07 240,74 0,03
LA RIOJA 17.584,00 3,86 34.864,33 10,62 52.448,33 6,69
CASTILLA-LEÓN 0,00 0,00 8.913,22 2,72 8.913,22 1,14
NAVARRA 39.359,00 8,64 48.407,27 14,75 87.766,27 11,20
PAÍS VALENCIANO 0,00 0,00 275,00 0,08 275,00 0,04
PAÍS VASCO 0,00 0,00 27.277,15 8,31 27.277,15 3,48
TOTAL SUPERFICIE 455.381,00 100,00 328.567,69 100,00 783.948,69 100,00

 

 Ver gráfico: Distribución de superficies regables por C.C.A.A.

3.3.1.2.2.- Demanda Ganadera

En la demanda ganadera se incluyen los requerimientos hídricos para la alimentación de las diferentes especies de animales así como los funcionales necesarios para el adecuado desarrollo de la ganadería. Entre estos se incluyen los de limpieza, refrigeración, humectación ambiental, etc.

Las dotaciones unitarias dependen de numerosos factores como son: especie características genéticas, estado fisiológico de los animales, sistema de explotación, climatología, tecnología de la explotación, etc., todo ello hace que exista notable dispersión en las dotaciones siendo necesaria la obtención de datos a través de encuesta directa. Se ha observado que para análogos factores incidentes en la demanda, existe también dispersión en los datos de consumos obtenidos por encuesta, dependiendo de la procedencia del recurso (redes municipales, pozos, acequias) y de otros factores no evaluados.

De los datos obtenidos se deduce también que una mayor tecnificación de las explotaciones conduce a un mayor consumo de agua.

La población de las diferentes especies se ha obtenido del último Censo Agrario del I.N.E. correlacionándolo por comarcas con los datos que obtiene el M.A.P.A.-CC.AA. a través de sus encuestas.

En base a los trabajos anteriores se estima que el censo actual ganadero establecido en cabezas/día, promedio del año es de unos 625.000 bovinos, 7.600.000 ovinos, 170.000 caprinos, 5.660.000 porcinos y 41.600.000 aves.

Teniendo en cuenta las dotaciones medias de 100 l/día para el bovino, 4 l/día para ovino y caprino, 14 l/día para el porcino y 0,18 l/día para las aves se obtiene una demanda de 66 hm3, aproximadamente el 20% de la demanda urbana de la cuenca. La escasa entidad de esta demanda hace que no requiera de ulteriores trabajos en lo que a demanda se refiere. Otra cuestión es respecto de la incidencia de los retornos.

A los efectos de los informes de concesiones se tendrán en cuenta los valores que para los diferentes casos de dotación se presentan en el Anexo 2 de la Normativa.

3.3.1.3.- Usos industriales para la producción de energía

Se incluyen dentro de este uso las demandas de agua para la producción de energía eléctrica, en su doble faceta, hidroeléctrica y refrigeración térmica, así como la mucho menos significativa de producción de fuerza motriz.

La producción y suministro de energía eléctrica está declarada como servicio público, y las instalaciones eléctricas de producción, transporte, transformación y distribución están declaradas de utilidad pública (Ley 10/1966 de 10 de marzo de Decreto 2617/1966).

La producción de energía hidroeléctrica supone la demanda no consuntiva* más importante de recurso hídrico. En las cuencas del Ebro y Garona existen 340 centrales hidroeléctricas con una potencia instalada de 3.831 MW y una demanda concesional estimada en 6000 m3/s (en funcionamiento se encuentran 240 centrales con 3.745,32 MW de potencia). De entre las centrales hidroeléctricas existentes hay que destacar las de Camarasa, Canelles, Mediano, Ribarroja y Mequinenza, reguladoras de frecuencia potencia que están amparadas en regulaciones hidráulicas y permiten, además del suministro de puntas, una respuesta inmediata ante cualquier fallo de potencia con gran garantía.


* En general la demanda hidroeléctrica no es consuntiva a nivel de cuenca, salvo que los caudales turbinados no retornen a la cuenca (Barazar). No obstante las demandas de centrales fluyentes en derivación pueden considerarse como consuntivas para los tramos de ríos que "bypasan". También pueden considerarse como consumida el agua que se evapora en los embalses de regulación hidroeléctrica.

La refrigeración de los grupos nucleares de la cuenca --Santa María de Garoña y Ascó-- supone unas demandas concesionales de 24,36 y 72,30 m3/s que retornan al cauce en su mayor parte. Por su importancia energética es conveniente garantizarlas. La demanda de las dos térmicas convencionales con refrigeración en circuito cerrado --Teruel y Escucha-- es de 0,609 m3/s (19,18 hm3/año) y la térmica de Escatrón, en circuito abierto es de 9.100 l/s.

Las centrales de Ascó han tenido en algún caso que adaptar la producción para mantener las condiciones del vertido de refrigeración. Por ello se ha construido una torre de refrigeración, lo que permitirá en el futuro un adecuado funcionamiento y vertido aun en las condiciones de escaso caudal circulante. La térmica Teruel ha tenido también ocasionalmente problemas derivados de la escasez de agua de refrigeración, habiendo sido necesario llegar a acuerdos con usuarios de la cuenca del Guadalope para poder disponer de agua para refrigeración.

En el futuro, la demanda hídrica para la producción de energía vendrá determinada por el Plan Energético Nacional y la correspondiente normativa reguladora del sector. El actualmente vigente PEN 1991/2000 prevé para toda España 1682 MW hidroeléctricos de los que 902 MW corresponden a centrales de empresas encuadradas en el sistema eléctrico nacional y 780 MW a minicentrales y autoproductores. A la cuenca del Ebro se le asigna oficiosamente la central de Pina con 37,88 MW. También prevé el PEN la instalación de un cuarto grupo en la central térmica Teruel.

Independientemente de las previsiones del PEN 1991/2000, actualmente existen numerosos tramos de ríos concedidos o en trámites de concesión. Los aprovechamientos no se han construido por circunstancias diversas en algunos casos por suspensiones ordenadas por la Administración. Los más significativos son los del Pallaresa medio (tres saltos con 185 Mw de potencia), cuenca del Aragón alto (6 saltos, 114 MW), Alto Ésera (65 MW), Alcanadre (8 saltos, 26,5 MW), Isábena (8 saltos, 49 MW), Ésera medio, Segre medio, Ebro bajo, etc. Se estima que el equipamiento de estas concesiones podrá suponer una potencia global de unos 600 MW.

Respecto de los aprovechamientos en minicentrales, existen 436 expedientes en tramitación, con una potencia conjunta de 783 MW, de los que es probable que entren en funcionamiento unos 200 MW.

El equipamiento de las presas ya construidas* puede suponer unos 35 MW y las futuras presas consideradas a 10 años podrían equiparse con una potencia de unos 420 MW.


* Sin incluir las presas de posible recrecimiento y considerando unas 1.800 horas de funcionamiento.

Parece que la evolución en la construcción de aprovechamientos vendrá influenciada básicamente por la política tarifaria, elaborada por la administración.

Desde el punto de vista del informe de concesiones no procede, en tanto no estén desarrollados y aprobados estudios específicos, incluir ninguna prescripción.

3.3.1.4.- Otros usos industriales

Se incluyen en este apartado las demandas de agua necesarias para satisfacer aquellos aprovechamientos industriales que no están conectados a las redes municipales. Se excluyen la producción de energía eléctrica y de fuerza motriz.

Dado que el abanico de aprovechamientos y procesos industriales es muy amplio, la evaluación individualizada de los requerimientos de agua para cada una de las actividades es una tarea ardua y en cualquier caso incompleta, por ello se ha procedido a la determinación de las demandas promedio por empleado de cada una de las actividades incluidas en la C.N.A.E.**. Estos datos junto con el número de empleados por término municipal y actividad obtenido de las estadísticas de las Comunidades Autónomas permiten la evaluación de la demanda de agua para usos industriales para la introducción en los modelos de gestión. Por otra parte, del censo de concesiones puede obtenerse la demanda industrial no conectada a las redes municipales.


** Clasificación Nacional de Actividades Económicas.

En base a lo anteriormente expuesto se ha obtenido que la demanda industrial de la cuenca del Ebro es de 470 hm3, de los cuales 258 corresponden a industrias no conectadas a las redes municipales.

Esta demanda es de escasa relevancia respecto del total de demandas consuntivas de la cuenca. Para la determinación de la proyección futura se tendrán en cuenta las previsiones de los organismos correspondientes de las CC.AA.

Una mejor aproximación de esta demanda se obtendría si se consideraran las necesidades de agua requeridas por tonelada de producto, no obstante estos datos no están disponibles y su determinación requerirá la colaboración del sector.

Desde el punto de vista del informe de concesiones se entiende que las dotaciones obtenidas, que figuran en el Anexo 3 de la Normativa, tienen sólo carácter orientativo ya que como se ha citado anteriormente, la fijación de la dotación para cada tipo de industria y proceso requiere un análisis específico.

3.3.1.5.- Acuicultura

La acuicultura es una actividad que se solapa parcialmente con la ganadería y la industria, aunque implica un uso del agua claramente diferenciado. Sus peculiaridades radican en una especial modulación adecuada al ciclo vital de las especies, unas exigencias estrictas de calidad, un retorno prácticamente total del agua utilizada y unas singulares características del efluente vertido, habitualmente enriquecido en nutrientes.

La problemática específica de este subsector puede concretarse en los puntos siguientes:

  1. Falta de rentabilidad en muchas instalaciones, actualmente obsoletas.
  2. Riesgos incontrolables en el proceso productivo, como son: merma de caudales, elevación de temperatura en estiaje, deterioro de la calidad del agua, turbiedades esporádicas, etc.

En la cuenca del Ebro existen, de acuerdo con la última revisión del inventario, algo más de 60 instalaciones en servicio que generan una amplia variedad de productos: trucha arco iris, trucha común, tenca, carpa, cangrejo, rodaballo, dorada, lubina, mujílidos, almejas, langostinos, anguilas y peces ornamentales. La mayor parte de la producción se direige a la comercialización, aproximadamente el 95% en peso, el 5% restante se destina a las repoblaciones piscícolas que habitualmente realizan las CC.AA. y una pequeña fracción se dirige a otro tipo de usos de componente recreativa. La producción total se cifra en torno a las 4.600 T/año de trucha, además de cantidades reducidas de otras especies.

En el futuro, el sector está obligado a realizar una reconversión tendente a abaratar precios en el triple frente:

  • Mejora de las instalaciones y utilización óptima de las mismas en función de los caudales disponibles.
  • Mejora en las técnicas de reproducción y engorde y, especialmente, adaptación en el tiempo a la demanda.
  • Diversificación del producto.

Las previsiones concretas en la cuenca del Ebro para un futuro próximo se centran en las siguientes actuaciones promovidas por la iniciativa privada:

  • Rehabilitación de la antigua piscifactoría de Montellá-Martinet (Lérida), en la cuenca del Segre.
  • Aprovechamiento de aguas subterráneas en Amposta (Tarragona) para atención de la piscicultura en el Delta del Ebro.
  • Ampliación del aprovechamiento con aguas subterráneas (200 l/s) para incrementar el suministro de la piscifactoría de Santa Cruz de Campezo (Alava), en la cuenca del Ega.
  • Aprovechamiento de aguas superficiales para suministro de una nueva planta integrada en El Grado (Huesca), en la cuenca del río Cinca. La implantación de esta piscigfactoría se encuentra pendiente de decisiones judiciales.

3.3.1.6.- Usos recreativos

Dentro de este grupo se incluyen aprovechamientos muy dispares del dominio público hidráulico cuyo objetivo es satisfacer los requerimientos de ocio y esparcimiento de la sociedad. En general están asociados a la práctica de algún deporte y en ocasiones son difíciles de separar de otros usos como pueden ser del regadío (campos de golf), de la demanda ganadera (abrevaderos de caza), de la demanda urbana (piscinas), de la navegación etc. Los aprovechamientos están amparados en algunos casos por concesión, en otros casos por autorización y en algunos casos regulados por otras administraciones (pesca) o simplemente se pueden practicar libremente.

Dentro de los usos recreativos "consuntivos"* los más significativos son los de innivación artificial, de uso prácticamente en todas las estaciones de esquí. También cabe mencionar los campos de golf, fútbol, piscinas y complejos deportivos, cotos de caza etc. La demanda en cualquier caso no es significativa a nivel de cuenca, pudiéndose citar que la demanda instantánea de innivación de las estaciones de esquí de Aragón es de 687 l/s, hay que significar no obstante que excepto la parte que se sublima el resto retorna al cauce.


* En el sentido de que requieren derivar el agua del cauce, masa de agua libre o pozo.

Dentro de los usos no consuntivos, la navegación deportiva en sus múltiples facetas de aguas tranquilas y aguas bravas se desarrolla en numerosos tramos de ríos y en embalses de la cuenca (la Federación española de piragüismo tiene programadas más de 80 pruebas en la cuenca del Ebro). Las instalaciones más significativas son las de Seo de Urgel.

El rafting y descenso de cañones cuenta con un número creciente de practicantes, con el correspondiente efecto económico por turismo para las zonas donde se desarrolla (en particular en el N. Pallaresa).

El aprovechamiento para pesca deportiva está extendido en toda la cuenca tanto en cauces fluviales como en aguas embalsadas, natural o artificialmente, incluso en piscifactorías. Esta actividad cuyo elemento básico es la fauna mas que el recurso hídrico, está regulada en las "Ordenes anuales de pesca" de las diferentes CC.AA.

Los embalses son, en numerosos casos, centros de atracción para instalaciones turísticas o recreativas: urbanizaciones, zonas de acampada, instalaciones náuticas y en base al recurso hídrico se desarrollan deportes de baños, navegación a vela, remo y motor y otras actividades.

Desde el punto de vista de las concesiones y autorizaciones, no cabe fijar características o condiciones a priori ya que como se ha dicho antes la casuística es muy variada. En aquellos casos en los que la concesión de aprovechamientos recreativos pueda asimilarse a otro uso --por ejemplo regadío-- se seguirán las condiciones requeridas para este uso. En las autorizaciones para navegación se tienen ya en cuenta las limitaciones que pueda imponer la especial protección así como otras características hidrológicas y piscícolas, funcionales y de aprovechamiento de determinadas masas de agua naturales o artificiales y cursos fluviales.

Para los embalses existe una clasificación para el aprovechamiento secundario recreativo. No obstante deben proseguirse los trabajos que permitan una mejor definición de los aprovechamientos recreativos de los cauces en la línea de los ya indicados para navegación en el eje del Ebro y de los embalses, también en la línea de los llevados a cabo para Tranquera y Ullívarri-Urrúnaga. Estos planes de aprovechamiento deben llevarse a cabo en colaboración con todas las Administraciones Públicas interesadas así como con los propietarios y explotadores de la presa.

3.3.1.7.- Navegación y transporte acuático

La navegación y transporte acuático tienen actualmente muy poca importancia en la cuenca. Únicamente existen pasos de barca en diversos puntos del eje del Ebro y pequeñas embarcaciones para navegación de recreo y pesca en las proximidades de la desembocadura.

No se prevé el desarrollo de navegación para el transporte de mercancías y viajeros, únicamente con fines turísticos-recreativos se está estudiando su desarrollo en la parte final de la cuenca, aguas abajo del embalse de Ribarroja. No obstante no se reservarán caudales para satisfacer específicamente este uso.

3.3.1.8.- Caudales, volúmenes y condiciones ecológicas mínimas

Ya en la Ley de Aguas se plantea el aprovechamiento del recurso y el respeto al medio ambiente. Sin embargo, los aprovechamientos actuales modifican el régimen natural. La intensidad de este proceso ha provocado afecciones en los ecosistemas hidrodependientes, desde su simple degradación hasta su completa desaparición. Esta situación se puede calificar, tanto desde la óptica de la sensibilidad social como desde la mejora de la calidad de vida,de mejorable.

Así pues, es preciso que el proceso planificador contemple esta demanda social de conformidad con lo establecido en el vigente marco normativo.

La elección de un determinado objetivo o escenario ambiental a alcanzar o proteger, constituye una decisión previa del planificador análoga a la de la fijación de los objetivos de calidad. El objetivo deberá analizarse atendiendo a las interferencias entre el uso ambiental y los demás usos, con sus correspondientes implicaciones concesionales, sociales, económicas o de ordenación territorial. Resulta pues, necesario llevar adelante un proceso planificador apoyado en procesos de participación y consulta pertinentemente establecidos, según el cual se fijen los objetivos ambientales.

Con carácter general el objetivo ambiental será el de mantenimiento de la dinámica de los ecosistemas actuales o, cuando se considere que éstos están degradados, el de su restablecimiento.

La demanda que satisfaga el objetivo ambiental de manera armonizada con otros aspectos socioeconómicos, es lo que de ahora en adelante denominaremos demanda de caudales ecológicos mínimos. Deberá preservar los ecosistemas adecuándolos a la variedad de situaciones que se dan en la cuenca del Ebro.

Esta demanda se traducirá en regímenes de caudales ecológicos mínimos, para tramos fluyentes, o en volúmenes o niveles piezométricos para lagunas o humedales.

En el proyecto de Directiva Ecológica presentado por la Comisión de las Comunidades Europeas a sus Estados-Miembros, tendente a garantizar una "elevada calidad ecológica" con carácter general en los ríos, en función del análisis de los ecosistemas y en atención a factores naturales fisiográficos, geográficos, climáticos y condiciones físico-químicas, se considera que los parámetros a tener en cuenta para definir la calidad ecológica son:

  • Presencia de oxígeno disuelto que permita la respiración biológica normal.
  • Ausencia de sustancias tóxicas o peligrosas.
  • Ausencia de niveles patógenos en las poblaciones vegetales y animales.
  • Verificación de la no perturbación del ecosistema al nivel de:
    • Comunidades bentónicas, plantónicas y de macroinvertebrados.
    • Plantas acuáticas. Comprobando que carecen de crecimiento excesivo de macrofitas o algas debidos a niveles elevados de nutrientes.
    • Población piscícola. Sin obstáculos para el proceso de peces migradores.
    • Vertebrados superiores.
    • Sedimentos.
  • Márgenes que evidencian ausencia significativa de actividades humanas.

Establecer un régimen hidrológico que permita definir los caudales ecológicos mínimos como una demanda más, requiere, de acuerdo con el art. 74 (RAPAPH), definir entre otros, los siguientes datos:

  • El volumen anual y la distribución temporal de los suministros necesarios, así como las condiciones de calidad exigibles.
  • El nivel de garantía de los suministros por los diferentes usos.

Los caudales ecológicos mínimos no tendrán siempre un carácter adicional sobre los caudales necesarios para atender otros usos, ya que en muchos casos la explotación ordinaria de los sistemas hidráulicos conducirá implícitamente a su satisfacción. En definitiva, estos caudales ecológicos mínimos pueden entenderse como unos valores de flujo que, bajo cualquier circunstancia, deben circular en el tramo de río correspondiente, o puede considerarse como una demanda más sujeta a la prioridad que se le asigne, con su correspondiente garantía. De cualquier modo, no se trata de un problema meramente hidrológico describible desde la óptica de las series de aportaciones o desde la transformación precipitación-aportación. El régimen hídrico deberá ser una de las variables a considerar, pero junto a él se deben considerar otras variables que completen o aproximen los componentes principales del problema.

El resultado podrá ser un hidrograma de cierta longitud que se deberá entender, a todos los efectos de planificación, como de compensación; es decir, como demanda exigible por razones medioambientales o por razones paisajísticas, turísticas o cualquier otra que se considere oportuno. Podrá incluir ciertas circunstancias mínimas y ciertas avenidas y estiajes que faciliten la adecuada existencia y renovación del ecosistema hidrodependiente. Deberá respetar las modificaciones estacionales a las que responden las comunidades, siendo, en consecuencia, un hidrograma con modulación, al menos, estacional.

Tal como se ha indicado, está generalmente aceptado que el caudal ecológico mínimo no puede definirse exclusivamente en base a formulaciones hidrológicas sino que para su correcta definición se requiere el empleo de metodologías que incluyen aspectos biológicos, precisándose estudios individualizados.Como ejemplo de estas metodologías puede citarse la PHABSIM (Physical Habitat Simulation System) desarrollada por Bovee y adaptada por García de Jalón. Este método parte de la descripción de la estructura física del cauce, de la naturaleza del substrato, de la cobertera de las márgenes y cauce, de las características hidrológicas del curso de agua y finalmente de las características fisicoquímicas del agua. Con todo ello se obtiene la anchura ponderada útil, que se relaciona con el caudal circulante. A su vez la anchura ponderada útil se relaciona con la biomasa que puede ser capaz de mantenerse en el río. En definitiva, al final del proceso lo que se obtiene es una relación entre el caudal y la biomasa. por lo que establecida la biomasa que se considera adecuada para el tramo de río, se obtiene el caudal ecológico mínimo que debe circular para poder mantenerla.

De lo anteriormente expuesto se desprende que la correcta determinación de los caudales ecológicos mínimos, con aplicación de las metodologías biológicas, es un proceso laborioso y por ello largo y costoso, por ello no es previsible poder disponer de resultados de forma generalizada a corto plazo. Por otra parte, una vez definidos los caudales será necesario analizar las incidencias sobre las concesiones existentes, y de forma más general los efectos socioeconómicos que la implantación de estos caudales pueden tener, lo que dificulta aún más el proceso.

Así pues parece necesario adoptar de forma transitoria un caudal ecológico mínimo fácilmente determinable, aunque menos riguroso, que deberán respetar las nuevas concesiones que se otorguen, caudal que podrá ser modificado por el que se implante de forma definitiva para el tramo de cauce en que se ubique la correspondiente toma.

En la parte normativa del Plan se plasman estos criterios, fijándose la determinación transitoria del caudal ecológico mínimo de acuerdo con lo establecido por la normativa francesa, con lo determinado por estudios de detalle, o por lo establecido por las Comunidades Autónomas en disposiciones específicas sobre caudales mínimos. La fijación definitiva. deberá llevarse a cabo en el seno del Consejo del Agua coordinando los criterios por las diversas Administraciones con competencias concurrentes en el medio hídrico y su entorno.

3.3.1.9.- Volúmenes de reserva para laminación de avenidas

Los volúmenes de reserva en los embalses para la laminación de avenidas no constituyen una demanda del agua propiamente dicha. Sin embargo, se consideran incluidos dentro de este capítulo de "Demandas" ya que pueden suponer un detrimento de recursos destinados a satisfacer otras demandas. Cualquier embalse lamina las avenidas, ya que dispone para ello de la capacidad proporcionada por la sobreelevación de la lámina respecto de la cota de labio del vertedero.

Se entiende como volumen de reserva para laminación a la franja de volumen útil que se deja sin llenar en la parte superior del embalse para destinarla a la laminación de avenidas. Si el destino del embalse es también la satisfacción de otros usos, este volumen vacío se debe procurar llenar en cuanto ya no es probable que ocurran avenidas.

El volumen de reserva está más justificado en cuencas de pequeña magnitud o en las que el tiempo de llegada de la crecida es corto y no permite efectuar desembalses preventivos. También se puede aplicar en cuencas donde no se dispone de un servicio oportuno de detección de caudales en puntos distantes y de transmisión de esos datos con tiempo suficiente para poder tomar las adecuadas decisiones de desembalse.

El mantenimiento de los volúmenes de reserva es un procedimiento controvertido en sus dos facetas. Si no se respeta en la cuantía adecuada, puede que no sea suficiente y las avenidas ocasionen daños aguas abajo. Por otra parte, si se dejan en exceso, puede que el embalse no se logre llenar después, con el consiguiente perjuicio para los otros usuarios de la explotación. Se debe, por tanto, realizar un estudio detallado para definir con precisión los volúmenes de reserva. En este estudio el embalse no puede considerarse aisladamente, sino que estará afectado por la explotación conjunta del sistema de embalses de la cuenca.

La experiencia demuestra que los embalses son un medio de protección muy eficaz frente a las avenidas. El embalse siempre tiene un efecto beneficioso, incluso aunque el embalse se encuentre lleno cuando llega la avenida. Gracias a la automática laminación de los caudales que produce, disminuye significativamente el caudal punta, que es el principal causante de daños en las avenidas. Conviene, por tanto, aprovechar el efecto laminador de todos los embalses, cualquiera que sea su finalidad principal. En lo que sigue se distingue entre los embalses de nueva construcción y los embalses ya existentes.

En todas las presas de nueva construcción será obligado considerar entre sus usos la protección frente a avenidas de los tramos situados aguas abajo, hasta los límites de protección que fije el propio Plan o los estudios que de él se deriven. Para conseguir este objetivo de protección no es imprescindible mantener volúmenes de reserva, sino que también puede conseguirse la laminación deseada con el adecuado diseño de aliviaderos y desagües de fondo. Parece lógico utilizar conjuntamente los embalses con otro tipo de infraestructuras de protección, como encauzamientos y defensas, de forma que se la tarea de la protección se logre por una combinación de varias infraestructuras; es tarea deseable, aunque en principio parece más difícil, una adecuada ordenación del territorio en las zonas adyacentes al cauce. La alternativa de solución más adecuada deberá concluirse de un estudio de protección frente a avenidas que toda nueva presa deberá contener, donde se justifique y cuantifique la solución más adecuada mediante razones técnicas, sociales, económicas y ambientales.

El problema es mayor con los embalses ya construidos, entre cuyos fines no figura la protección frente a avenidas. La imposición de volúmenes de reserva supondrá un detrimento de recursos para los usos propios del embalse, con la correspondiente repercusión social y económica. A pesar de ello es obligado considerar los volúmenes de reserva como una de las alternativas de protección del tramo aguas abajo, evaluando todos sus costes y beneficios.

3.3.2.- Recursos hidráulicos

En este apartado se describe someramente la cuantificación y cualificación de los recursos hidráulicos disponibles en la cuenca.

Es preciso señalar que la práctica totalidad de los recursos subterráneos quedan incluidos dentro de los superficiales, constituyendo los caudales de base de los ríos. Sólamente habría que añadir aquellos recursos que se drenan fuera de la cuenca del Ebro, ya sea a otras cuencas (trasvases subterráneos) o directamente al mar.

El Consejo del Agua de la Cuenca se pronuncia a favor del máximo y racional aprovechamiento de los recursos del Ebro dentro de su propia cuenca.

3.3.2.1.- Recursos superficiales naturales

La evaluación de recursos al régimen natural se ha llevado a cabo por medio de un modelo de precipitación-escorrentía que funciona a nivel diario. De ese modelo se han obtenido los valores mensuales de aportación en el período 1940/41 al 1985/86, calibrando los datos en las estaciones de aforo de los principales cursos de agua, una vez restituidos los datos de aforo al régimen estimado como natural.

Las series disponibles se consideran adecuadas en bastantes casos, permitiendo una gestión de los sistemas hidráulicos de explotación sensiblemente similar a la observada por la práctica. Sin embargo, no se puede negar la existencia de ciertos valores discordantes que han propiciado el inicio de la revisión y actualización de los datos hidrológicos hasta el año 1991/92, trabajo que está actualmente adjudicado, habiéndose terminado el relleno de series climáticas.

El mayor conocimiento de los fenómenos hidráulicos y su contraste con calibrados en el terreno permitirán una mejor adecuación entre los valores de los recursos estimados con los valores medidos.

En el cuadro del Anexo 3 se reflejan los valores de las aportaciones naturales medias interanuales obtenidas en los puntos más significativos de los 442 en los que se dividió la cuenca del Ebro. Se comparan a continuación, en el Anexo 2, los valores medidos en las estaciones de aforo más significativas de la cuenca. Es preciso destacar que ambas cifras no coinciden entre sí debido a las derivaciones de caudales previas a la estación de aforo y a los diferentes períodos considerados.

En el caso de los recursos hidráulicos estas cifras estimadas son la media del período 40-86 mientras que en la estación de aforo serán las medias de los valores medidos en años con datos completos.

3.3.2.2.- Síntesis de los principales resultados obtenidos en la estimación de los recursos superficiales durante el período 1940-86

Precipitación

Basándose en la información utilizada, se ha concluido que la precipitación media anual sobre la cuenca total considerada --que engloba las del Ebro, Garona y Gallocanta-- resulta ser de 660 mm durante el período citado. Geográficamente muy variable, presenta sus máximos valores en las cordilleras situadas al Norte del valle (Pirineos y Cornisa Cantábrica), superándose en algunos puntos los 2.500 mm. Por el contrario, los mínimos valores se localizan en la profunda depresión del valle del Ebro, con medias anuales que rondan los 300 mm.

Si el análisis se realiza por afluentes, puede constatarse que los ríos cantábricos son los que presentan precipitaciones medias más elevadas. Su valor medio anual oscila entre 835 mm en el Ega y 1.096 en el Arga, con valores situados entre 900 y 1.000 mm en los ríos Nela, Jerea, Bayas y Zadorra. En los afluentes pirenaicos se alcanzan valores comprendidos entre 1.038 mm en el Aragón y 721 mm en el Segre-Cinca, pasando por 734 mm en el Gállego. Pero como es precisamente en el Pirineo donde se encuentran las zonas de la cuenca con precipitaciones más elevadas, las medias más altas se localizan en algunos de sus afluentes de alta montaña: entre ellos destacan el Irati, con 1.301 mm de precipitación media anual y, sobre todo, la cuenca del Garona perteneciente al territorio nacional, con 1.572 mm. En el Arba de Luesia, afluente prepirenaico, la precipitación media anual es de 521 mm. Los afluentes ibéricos --situados a lo largo de la margen derecha del Ebro-- presentan, en cambio, una pluviometría mucho más modesta. Entre ellos destacan, por su relativa abundancia, los ibéricos superiores, cuyas precipitaciones medias anuales oscilan entre los 608 mm del Oca y los 855 mm del Najerilla, éste último beneficiado por el foco lluvioso de la sierra de la Demanda y macizo de Urbión. El resto de afluentes ibéricos presentan las precipitaciones más bajas de toda la cuenca: comprendidas entre 400 y 500 mm anuales las de los ríos Alhama, Queiles, Huecha, Jalón, Huerva, Aguasvivas y Martín, y entre 500 y 550 mm las del Guadalope y Matarraña, estos últimos favorecidos ligeramente por su proximidad al Mediterráneo.

 Evapotranspiración potencial

La evapotranspiración potencial media anual en el período analizado, corresponde a la cuenca total considerada, se ha evaluado (mediante el método de Thornthwaite) en 689 mm. A lo largo de su superficie varía entre 500 y 850 mm, con máximos valores en la depresión central y mínimos en la periférirca.

El valor de la evapotranspiración potencial media anual en los distintos afluentes de la cuenca resulta bastante homogéneo, situándose en la mayoría de ellos entre los 600 y 700 mm. Por debajo del citado intervalo se encuentran únicamente el Bayas e Iregua, con 593 y 591 mm, respectivamente y el Garona, con sólo 506 mm. Entre los afluentes importantes de segundo orden cabe citar, además, el Noguera Pallaresa y el Ésera, con 578 y 595 mm, respectivamente. Por encima, el Arba de Luesia, Huerva, Aguasvivas y Martín, con 728, 706, 708 y 711 mm, respectivamente. Entre los afluentes principales de segundo orden, el Cinca, con 707 mm, así como su propio afluente el Alcanadre que, con 765 mm, resulta muy afectado por su cercanía a los Monegros.

Aportaciones

La aportación específica media anual en el período 1940/41 a 1985/86, correspondiente a la cuenca total considerada --con inclusión de las del Ebro, Garona y Gallocanta-- alcanza los 218 mm, que suponen 18.829 hm3 al año. La correspondiente al Ebro propiamente dicho resulta ligeramente más baja, con 213 mm y 18.217 hm3 al año.

La aportación específica varía ampliamente con la geografía. Mientras que en una amplia superficie de la depresión central apenas se alcanzan valores de unas pocas decenas de milímetros al año --en esa zona la evapotranspiración potencial es superior a la precipitación--, en buena parte de las cordilleras cantábrica y pirenaica se superan los 1.000 mm al año, alcanzándose los 1.500 mm en algunos puntos localizados. En cuanto a su distribución por afluentes, y al igual que en el caso de la precipitación, también son los ríos cantábricos los que presentan aportaciones específicas medias más elevadas. Su valor anual oscila entre 328 mm en el Ega (492 hm3) y 605 mm en el Arga (1.697 hm3), con valores situados entre 400 y 500 mm en los ríos Nela, Jerea y Zadorra, mientras que en el Bayas se eleva hasta los 547 mm (165 hm3). En los afluentes pirenaicos se alcanzan valores comprendidos entre 525 mm en el Aragón (4.521 hm3) y 272 mm en el Gállego (1.087 hm3), pasando por 279 mm en el Segre-Cinca (6.356 hm3), siendo éste último el más caudaloso de la cuenca, debido a su gran superficie vertiente. También es en el Pirineo donde se localizan las áreas con aportaciones específicas más elevadas, reflejándose en los valores de algunos de sus afluentes de alta montaña: entre ellos destacan el Irati, con 749 mm (1.200 hm3) y, sobre todo, la cuenca del Garona perteneciente al territorio nacional, con 1.076 mm (589 hm3). En el Arba de Luesia la aportación específica es de 78 mm. (172 hm3). Como es natural, los afluentes ibéricos presentan un régimen de aportaciones medias anuales oscilan entre los 141 mm del Oca (155 hm3) y los 360 mm del Najerilla (400 hm3). El resto de afluentes ibéricos presentan las aportaciones específicas más bajas de toda la cuenca: por debajo de los 100 mm anuales las de los ríos Alhama, Huecha, Jalón, Huerva, Aguasvivas*, Martín, Guadalope y Matarraña, y ligeramente por encima las del Cidacos y Queiles. Los más caudalosos, debido a su gran superficie vertiente, resultan ser Jalón y Guadalope, con 551 hm3 y 317 hm3, respectivamente.


* Que presenta el mínimo absoluto, con sólo 32 mm.

3.3.2.3.- Recursos subterráneos

El concepto de recursos de un acuífero hace referencia al caudal medio interanual, expresado en hm3/año, que circula por su zona saturada en régimen natural. Este dato debe completarse con el de reservas, que hace referencia al volumen medio de agua contenido en el acuífero. Otros datos de importancia en la planificación son los de recursos o reservas utilizables de acuerdo con distintos criterios de explotación.

En la actualidad la evaluación de los recursos y las reservas de las diferentes Unidades Hidrogeológicas y acuíferos, se está llevando a cabo dentro de estudios específicos. Hasta ahora se han abordado trabajos de delimitación y tanteos de evaluación en los acuíferos del eje y margen derecha de la cuenca, estando pendientes los de la margen izquierda.

El estado actual de conocimiento de los recursos subterráneos es desigual para las diferentes Unidades Hidrogeológicas. Por un lado está pendiente una redefinición de las Unidades Hidrogeológicas que permita realizar fácilmente el balance de entradas menos salidas al hacer coincidir sus límites con barreras hidrogeológicas. Por otro están en fase de definición y seguimiento las redes piezométricas e hidrométricas. Sin embargo existen numerosos estudios llevados a cabo por los Ministerios de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, de Industria y Energía y por las CC.AA. y universidades que permiten recopilar los datos concretos que se exponen en el Anejo 4, que recoge una breve síntesis de las unidades actualmente consideradas con una aproximación de sus recursos y reservas. La práctica totalidad de los datos se refieren a balances de un año o a lo sumo dos años consecutivos concretos en cada caso, por lo que no pueden estimarse como valores medios. Los criterios y las metodologías de evaluación tampoco son homogéneas, e incluso la definición geométrica se ha ido perfilando con los diferentes trabajos. Todo ello conduce a que necesariamente existan discrepancias notables en los datos procedentes de distintas fuentes.

Con todo ello se estima que del total de los recursos de la cuenca del Ebro entre un 24 y un 40% proceden de la lenta descarga de los acuíferos existiendo un notable volumen de reservas repartidos por todas la cuenca que en su caso podría ser explotado en caso de sequía. Obviamente la explotación de estas reservas afectaría al caudal de base de los ríos, hasta que no se restablecieran en los períodos húmedos.

Estos recursos y reservas garantizan el régimen fluvial, en particular durante los largos períodos de falta de precipitaciones, y garantizan también el mantenimiento de numerosos ecosistemas en las diferentes zonas húmedas ligadas a los acuíferos y en los ejes fluviales.

En la mayoría de los grandes acuíferos de la cuenca el drenaje se realiza por rebose de la estructura, las reservas son muy superiores a los recursos, su comportamiento se asemeja al de grandes embalses hiperanuales con una descarga por el aliviadero condicionada en este caso por las características hidrogeológicas del medio poroso.

Las redes hidrométricas y piezométricas son elementos básicos para la evaluación de los recursos y para la estimación de los parámetros hidrogeológicos. En este marco se trabaja en la descomposición de los hidrogramas recogidos en diversas estaciones de aforo. Así por ejemplo se ha estimado en un 90% la aportación del Jiloca en Calamocha (EA.42) procedente de una escorrentía lenta (coeficiente de agotamiento 0,01 días-1), estas cifras sitúan los recursos subterráneos del Alto Jiloca en torno a los 105 hm3/año, mientras que los estudios de hidrogeología clásica han evaluado unos recursos de 75 hm3 para el año 1985 y de 145 hm3 para el año 1990/91. Análogamente para la totalidad de la cuenca del Jalón (Estación de aforos de Grisén) se ha estimado una escorrentía subterránea del 80% de la total, esto supone unos 400 hm3/año de recursos subterráneos, cifra del mismo orden que la suma de los recursos evaluados para las distintas unidades hidrogeológicas que aparecen en la cuenca del Jalón (Anejo 4). Esta línea de trabajo se está desarrollando en la actualidad para todo el ámbito de la cuenca.

Paralelamente se trabaja en la modelización del flujo subterráneo, para cuya calibración se recurre a los registros piezométricos y posteriormente se simulan series plurianuales para obtener un valor de recursos medio englobando registros climáticos de más de 40 años de longitud. Este trabajo requiere un exhaustivo conocimiento del acuífero a tratar y además la necesaria disponibilidad de registros de las variables de estado, piezometría fundamentalmente, para poder lograr la calibración del modelo.

Con todo ello se puede concluir diciendo que se dispone únicamente de balances parciales en el tiempo y en el espacio y que la estimación de recursos con una aproximación adecuada está, en la mayor parte de los casos, pendiente.

3.3.3.- Balances

3.3.3.1.- Introducción

El balance entre los recursos y demandas se ha llevado a cabo mediante la aplicación de un modelo de gestión que simula la explotación de los diferentes sistemas de aprovechamiento que componen el mosaico de la cuenca del Ebro. Con esta simulación de la explotación se pretende una aproximación a la situación real, lo suficientemente aceptable como para poder diagnosticar los problemas y en su caso poder simular alternativas. Se dispone con ello de una herramienta útil y operativa, que ha permitido valorar las situaciones actual y futuras de la cuenca y que, con las limitaciones que se expondrán, aproxima los datos a los que la experiencia en la explotación considera como válidos.

Los dispositivos de modelización utilizados (SIM-V y SIMGES) consideran las series de aportaciones en cabeceras de los sistemas con una discretización temporal a nivel mensual. A partir de ahí comienzan a servir demandas de acuerdo con las reglas establecidas en cuanto a la prioridad en la atención a la demanda. En cada nudo considerado realizan el balance mensual, restando de la aportación la demanda y dejando el excedente para el siguiente nudo o contabilizando el déficit caso de no poder servir toda la demanda.

Adicionalmente cabe señalar que ambos modelos calculan los retornos de las demandas y los devuelven al sistema en el punto especificado. Por otra parte, el establecimiento de las reglas de explotación de los embalses permite introducir en la simulación de la gestión los aspectos particulares del funcionamiento de los mismos como son las reservas a mantener en determinadas condiciones, las demandas atendidas por cada embalse, la variación mensual de las capacidades máxima y mínima de operación, etc.

Desde la fase de redacción de las Directrices del Ebro hasta el momento presente se ha procedido a mejorar y actualizar gran parte de los modelos de gestión de los sistemas, en base a esquemas más detallados de la red fluvial y de las infraestructuras y en base a un mayor conocimiento de las demandas y de las reglas de explotación de los mismos. En la actualidad se puede considerar que todos los sistemas pueden simularse con un grado de precisión adecuado. No obstante, dentro de los trabajos a desarrollar en el período de vigencia del Plan se deberán efectuar pasadas adicionales en varios sistemas para adptarlos a las nuevas hipótesis de obras de regulación, de reglas de explotación o de reservas de caudales aprobadas por el Consejo del Agua en la sesión del 12/2/96. Puede no obstante adelantarse que los resultados no supondrán variaciones significativas en los resultados. También deberá proseguirse el análisis de las respuestas de todos los sistemas teniendo en cuenta la incorporación en las simulaciones de las ampliaciones de las series hidrológicas naturales y sus revisiones y adaptaciones, considerando también las nuevas hipótesis de demandas -caudales ecológicos mínimos definitivos, resguardos de laminación, nuevas alternativas de cultivos, etc.-, en definitiva, incorporando a los modelos de simulación las adaptaciones que en cada caso sean necesarias para reflejar en las hipótesis de partida asumidas en los modelos el funcionamiento real de los sistemas.

El total de la cuenca del Ebro esta compuesto por 28 modelos de gestión (algunos de ellos formados por varios submodelos) que se han empleado de una forma encadenada, de tal forma que los excedentes o vertidos resultantes de aquellos modelos que representan sistemas afluentes al eje del Ebro se han incorporado a éste a modo de aportaciones.

En el Anexo 8 se incluyen los modelos de gestión de los diferentes sistemas y se presentan los resultados obtenidos de balancear los recursos con las demandas en el marco de las reglas de explotación actuales, incluyendo las modificaciones establecidas para la Junta de Explotación nº 13 (situación derivada del Convenio de Piñana). En situación futura se consideran también moduladas otras concesiones de caudal continuo (Bajo Aragón, Bajo Gállego, etc.). Como se ha dicho anteriormente la situación considerada en los modelos, correspondientes al Borrador del Plan de fecha 31/10/95, no refleja en algunos casos las hipótesis aprobadas en la sesión del Consejo del Agua de 12/2/96, por lo que en el período de vigencia del Plan deberán adaptarse, incorporando, en los casos en que corresponda, las actualizaciones que se describen, para los sistemas que corresponda, en el citado Anexo 8.

Las demandas correspondientes a cada horizonte simulado se han aplicado al sistema desde el primer año de la simulación. Es decir, los resultados reflejan el balance medio entre recursos y demandas a lo largo de un período de 46 años hidrológicos (1940-41 a 1985-86), siendo los recursos las propias aportaciones naturales reales obtenidas analíticamente para esos años, y siendo la demanda que se desea simular igual en cada año. El período de simulación es mensual.

En los casos en los que el recurso regulado disponible impone una limitación a las superficies sobre las que se habian creado expectativas de transformación en regadío, se ha simulado una hipótesis que exclusivamente desde el punto de vista de la Oficina de Planificación, se ha considerado razonable. Por ello se entiende que la decisión definitiva sobre las futuras transformaciones deberá ser tomada, desde el punto de vista hidrológico, por el Consejo del Agua y desde los puntos de vista agronómico, socioeconómico y medioambiental por los organismos competentes. Por ello en la situación actual las superficies reflejadas en el Anejo nº 8 deben considerarse solo como una hipótesis técnica de simulación, sin que de ella pueda derivarse ningún otro tipo de conclusiones, de acuerdo con lo establecido en el artículo 38.3 de la Ley de Aguas.

3.3.3.2.- Componentes del balance

Los dos componentes fundamentales para realizar las simulaciones son los consabidos recursos y demandas. Las metodologías aplicadas para su determinación se exponen a continuación.

3.3.3.2.1.- Determinación de los recursos disponibles

La determinación de los recursos disponibles en las situaciones actual y futuras se ha realizado mediante la utilización de las series de aportaciones en régimen natural en el período 1940-41 a 1985-86, calculadas en el Estudio de Recursos de Recursos Hidráulicos de la Cuenca del Ebro, y mediante la incorporación de las infraestructuras de regulación previstas en las Directrices del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro.

La Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Ebro está ultimando diversos trabajos de revisión y prolongación de las series de aportaciones en régimen natural hasta los últimos datos disponibles (1991-92). Hay que señalar que, con la incorporación a los modelos de las series de aportaciones de los últimos años, que incluirán parte del reciente período seco, es previsible que disminuyan las garantías calculadas actualmente o recíprocamente, será necesario reducir la superficie regable si se quieren mantener las garantías.

3.3.3.2.2.- Determinación de las demandas y estimación de consumos y retornos

Se han evaluado los demandas existentes en la cuenca del Ebro y las previstas en las situaciones futuras del Plan Hidrológico (primer y segundo horizonte), de acuerdo con las Directrices del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro.

Se han analizado las siguientes demandas:

  • Demandas urbanas o de abstecimiento, que incluyen los usos domésticos, municipales, industrias, comerciales y de servicios conectados a las redes municipales.
  • Demandas de riego y usos agrarios, que incluyen los agrícolas y los ganaderos no conectados a las redes municipales.
  • Demandas industriales, que incluyen los o conectados a las redes municipales.
  • Demandas hidroeléctricas, que incluyen los hidroeléctricos y producción de fuerza motriz.
  • Caudales concesionales y los caudales ecológicos mínimos a mantener en los cauces de la cuenca, integrándose en este apartado aquellos usos del agua que no serían objeto de concesión, sino que corresponderían al mantenimiento en el cauce de determinados caudales por consideraciones de tipo medioambiental y otras causas.

En lo que respecta a las demandas urbanas la base de evaluación de la población fija ha sido el censo de 1991 del I.N.E. (Instituto Nacional de Estadística). En la evolución futura se ha utilizado un trabajo específico de prognosis de población desarrollado por la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Ebro. La población estacional veraniega se ha evaluado en los sistemas en los que resulta significativa para el suministro (únicamente se ha contabilizado en aquellos modelos en los que, en la actualidad, se ha alcanzado un mayor nivel de detalle). Las dotaciones utilizadas, tanto para la población fija, como para la estacional, han sido las recogidas en el Anexo 1 del Borrador del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro, de 30/10/95, que siguen la Orden Ministerial de 24 de septiembre de 1992 (B.O.E. del 16 de octubre).

En cuanto a las demandas agrícolas, en una primera aproximación se han incluido todas las superficies de riego susceptibles de transformación en ambos horizontes, a medio y a largo plazo del Plan Hidrológico, recogidas en el Borrador del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro, de 30/10/95, con sus correspondientes dotaciones objetivo, recogidas en el Anexo 2 de la Normativa. Como norma general se ha procurado mantener esas superficies, si bien en algunos casos ha sido preciso modificarlas para llegar a garantías de suministro del orden del 90% para los regadíos amparados por regulación, lo que ha obligado a la reducción de las superficies respecto de las previstas en las Directrices del Plan Hidrológico.

Las demandas industriales se han obtenido considerando las dotaciones unitarias por tipo de industria que se incluyen en las tablas recogidas en el capítulo 2.5. de las Directrices del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro.

El tratamiento de la demanda de agua para producción hidroeléctrica merece mención aparte. Las condiciones concesionales de la explotación hidroeléctrica de las centrales de pie de presa pueden presentar en algunos casos dificultades de interpretación. Para su tratamiento en los modelos que simulan la situación actual se han utilizado los criterios de explotación seguidos en la actualidad, si bien en el modelo del Bajo Ebro se ha simulado la situación actual subordinando la explotación hidroeléctrica a las demandas consuntivas (Mequinenza, Ribarroja y Flix). Las situaciones futuras se han simulado explotando los embalses hidroeléctricos para demandas consuntivas. Lo que en algún caso puede dar lugar a afecciones concesionales.

Las centrales fluyentes, por el contrario, tienen muy claras las condiciones concesionales, que se plasman en el caudal máximo turbinable, con o sin limitación de caudal ecológico mínimo en el río. Dado el gran número d este tipo de centrales y sus uso no consuntivo, sólo se han considerado, en los modelos detallados de la cabecera y margen derecha del Ebro y en los casos en que por su situación o importancia afectan a otras demandas situadas entre la toma y la salida de la central.

Los caudales ecológicos mínimos se han considerado para reflejar las exigencias de proteccióny conservación del recurso y su entorno. Cuanquier obra o infraestructura de regulación o derivación de caudales que se construya en el futuro, deberá atender la demanda de caudal ecológico mínimo que se fije aguas abajo de aquélla. La fijación de caudales se ha realizado por tramos de cauce o por condiciones de embalse, estando entre el 10% y el 5% del caudal medio anual circulante.Este caudal se ha considerado en todos los embalses de futura construcción y en los actuales que, por cualquier condicionante, lo tienen ya determinado.

Dentro de estas demandas destaca el caudal ecológico mínimo del Ebro en desembocadura, que a falta de estudios más detallados se ha supuesto de 100 m3/s.

También se han considerado las demandas de las piscifactorías que por su entidad influyen en la gestión de los sistemas.

Los coeficientes de retorno de las demandas están implícitos en los modelos de gestión y responden a los criterios reflejados en las Directrices del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro. Estos criterios se reflejan en la siguientes tabla:

TIPO DE DEMANDA COEFICIENTE DE
RETORNO
Agraria 0,2
Suministro urbano 0,8
Suministro industrial 0,8
Refrigeración 0,26 - 1,0
Hidroeléctricas 1,0*
Piscifactorías 0,8 - 1,0
Caudales ecológicos mínimos 1,0
Otras no consuntivas 1,0

3.3.3.3.- Criterios de garantía de suministro

Los criterios de garantía de suministro utilizados son los establecidos en los capítulos 2.2 y 2.3 de las Directrices del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro, los cuales, por su interés, se recogen a continuación:

Demanda urbana: Se considerará satisfecha la demanda urbana cuando se cumplen simultaneamente las tres condiciones siguientes:

  • El déficit de un año no sea superior al 5% de la correspondiente demanda.
  • El déficit acumulado en dos años consecutivos no sea superior al 10% de la demanda anual.
  • El déficit acumulado en diez años consecutivos no sea superior al 16% de la demanda anual.

Este criterio de garantía se complementa con un criterio mensual en el que se considera fallido elmes en el que se sirve menos del 90% de la demanda. El concepto de garantía mensual de abastecimiento se define como: el número de meses que no falla el sistema, dividido por el número de meses totales, expresados en tanto por ciento.

Demanda agraria: Se considerará satisfecha la demanda agraria, cuando se cumplen simultaneamente las tres condiciones siguientes:

  • El déficit de un año no sea superior al 40% de la correspondiente demanda.
  • En dos años consecutivos cualesquiera, la suma de los déficits de los dos años no será superior al 60% de la demanda anual.
  • En diez años consecutivos cualesquiera, la suma de los déficits no será superior al 80% de la demanda anual.

Estas garantías están en el marco de lo establecido por la Orden Ministerial de 24 de septiembre de 1992 del MOPTMA y son los denominados criterios de vulnerabilidad.

Complementariamente se evalúan también las garantías de tipo anual. Se entiende como garantía anual la relación, expresada en tanto por ciento, entre el número de años fallidos y el número total de años de la serie simulada. Para ello se considera que un año falla cuando ocurre una cualquiera de las dos condiciones siguientes:

  • El déficit en un mes es superior al 25% de la demanda mensual.
  • El déficit en 3 o más meses seguidos es superior al 20% en cada uno de ellos.

3.3.3.4.- Resultados obtenidos en los sistemas de explotación

En el Anexo 8 se recogen y comentan detalladamente simulaciones realizadas y los resultados de todos los modelos de gestión de los sistemas que conforman la cuenca del Ebro. Para cada sistema se considera separadamente la situación actual, el primer horizonte futuro y el segundo horizonte futuro.

Los balances finales de cada uno de los sistemas simulados se resumen en los cuadros generales de las páginas siguientes. Existe un cuadro, formado por tres páginas, para cada horizonte simulado. Cada línea del cuadro corresponde con un sistema simulado y se resumen las componentes fundamentales de la ecuación de su balance:

Vert = Apor - (Cons + Evap + Var Emb + Tras)

Siendo: Vert : Vertido

Apor : Aportación

Cons : Consumo de la demanda servida

Evap : Evaporación en los embalses

Tras : Trasvases recibidos (+) o exportados (-)

Var Emb : Variación media interanual de las reservas de los embalses

Se comentarán a continuación las distintas columnas de dichos cuadros para facilitar su comprensión.

- Sistemas: Bajo esta columna se recogen los distintos sistemas que han sido simulados (un total de 28). Cuando un sistema no coincide exactamente con la cuenca hidrográfica de un único afluente (por ejemplo, el sistema Gállego-Cinca-Ésera-Ribagorzana) se desagregan los valores de dicho sistema en los correspondientes a cada una de las cuencas que lo forman, mostrándose en letra cursiva en el cuadro. Por otra parte, si la cuenca hidrográfica de un afluente está dividida en varios sistemas (por ejemplo la cuenca del Aragón), se agregan los resultados de los sistemas componentes para obtener los de la cuenca, mostrándose con letra mayúscula en el cuadro.

  • Aportaciones: Se muestran las aportaciones naturales de la cuenca y las del sistema, que diferirán únicamente cuando sistema y cuenca no coincidan.
  • Demanda consuntiva a servir: indica la demanda consuntiva que se le solicita al sistema, separándola en abastecimiento, riego e industria.
  • Demanda consuntiva servida: indica el valor total, sin asignar el uso al que se destina (abastecimiento, riego e industria), que efectivamente se sirve por el sistema.
  • Déficit: es la diferencia entre la demanda consuntiva a servir y la demanda consuntiva servida, incluyendo ciertas demandas no consuntiva singulares.
  • Consumo: es la parte de la demanda consuntiva servida que no retorna a los cauces. Se calcula mediante la fórmula.
    • Consumo = Dem. consunt. servida x (1 - coef. de retorno)
  • Embalses: muestra las pérdidas medias anuales por evaporación en los embalses* y la variación media interanual de las reservas acumuladas en los mismos**.
  • Trasvases: indica, con su signo correspondiente, las aportaciones recibidas (+) o bien exportadas (-) a otros sistemas. La procedencia o destino del agua puede ser externa a la cuenca del Ebro o bien interna. En este último caso se indica con letra cursiva.
  • Vertido del sistema: recoge el volumen nedio anual que el sistema vierte en su punto final. El vertido se produce a otro sistema, generalmente el eje del Ebro que lo recoge como aportación. El vertido del último sistema, el Bajo Ebro, va directamente al mar.

En las páginas siguientes se incluye un resumen de los balances en la situación actual (teórica, en el sentido de que se han considerado como dotaciones las dotaciones objetivo) al primer horizonte y al segundo horizonte de planificación, de acuerdo con las hipótesis aceptadas en el Borrador del Plan de fecha 31/10/95. Estos balances se modificarán ligeramente durante el período de vigencia del Plan, en particular el del primer horizonte, ya que en él deberán contemplarse mayor número de obras de regulación, así como la ampliación de las series hidrológicas, tal como se ha explicado anteriormente.


* No se incluye el "consumo" debido a la evaporación por regulación en embalse, ya que está incluida en los modelos de gestión.
* En algunos embalses de la cuenca no se han podido aplicar las pérdidas por evaporación por carecer de datos fiables.

** Los volúmenes de los embalses al comienzo de primer mes simulado se consideran generalmente al 25% de su capacidad útil.


Hoja Excel Balance general del Ebro (Situaciones actual, primer y segundo horizontes)

En los cuadros anteriores se resumen los resultados finales de cada sistema simulado. Para comprobar como se ha llegado a dichos resultados debe consultarse el Anexo 8, donde se detalla, para cada sistema, las infraestructuras consideradas, las normas de explotación, las garantías de servicio obtenidas, los resultados concernientes a las demandas no consuntivas y otros detalles de cada sistema.

3.3.3.5.- Resultados de la cuenca del Ebro completa*

En el presente apartado se resumen los resultados generales de la cuenca del Ebro, obtenidos por agregación de todos los modelos en que se ha dividido.

La tabla siguiente muestra la demanda total solicitada para usos consuntivos, considerando como tales los abastecimientos, regadíos e industrias. Puede comprobarse que dicha demanda pasa de 7.038 hm3/año en la situación actual a 9.086 hm3/año en el primer horizonte futuro, y pasa a 10.771 hm3/año en el segundo horizonte futuro. La mayor proporción de dicha demanda corresponde al regadío (superior al 90%), que es además el uso que más incremento sufre (un incremento del 57% entre la situación actual y el segundo horizonte futuro).

A continuación se muestra el balance final del total de la cuenca del Ebro. Como puede comprobarse en la tabla siguiente, la satisfacción de las demandas consuntivas de la cuenca del Ebro presenta un déficit medio de 294 hm3/año en la situación actual, que pasa a ser de 236 hm3/año y 356 hm3/año en las situaciones futuras. Este escaso aumento del déficit a pesar del gran aumento de la demanda a servir se debe principalmente a las obras de regulación planteadas y a la modulación de los usos hidroeléctricos a las demandas consuntivas.


* En el período de vigencia del Plan se modificarán ligeramente los resultados expuestos en este punto como consecuencia de la introducción en las simulaciones de las hipótesis aprobadas en el Consejo del Agua de la Cuenca de 12/2/96 y de la ampliación del período temporal de las series de aportaciones naturales de partida. La experiencia adquirida en la utilización de los modelos permite predecir que las modificaciones no serán significativas.

DEMANDAS CONSUNTIVAS A SERVIR EN LA CUENCA DEL EBRO
SITUACIÓN ABASTECIMIENTO RIEGO INDUST. TOTAL DEMANDA
  Población Demanda Superficie Demanda Demanda  
  hab. hm3/año ha hm3/año hm3/año  hm3/año
ACTUAL 2.689.781 313,45 778.284 6.310,07 414,40 7.037,92
1º HORIZ. 2.776.801 338,40 976.964 8.216,30 534,46 9.086,16
2º HORIZ. 2.872.036 358,27 1.214.156 9.878,92 534,12 10.771,31

 

BALANCE FINAL DE LA CUENCA DEL EBRO COMPLETA
HORIZONTE APORT. DEM. A
SERVIR
DEM.
SERVIDA
DÉFICIT CONSUMO C.COMP.
DESEMB.
EMBALSES TRASVASES VERTIDO
              EVAP. V.RES.    
  hm3/año hm3/año hm3/año hm3/año hm3/año hm3/año hm3/año hm3/año hm3/año
ACTUAL 18.212 7.038 6.745 295 5.256 3.154 275 1 -246 9.281
1º HOR. 18.212 9.086 8.976 236 6.947 3.154 346 16 -340 7.409
2º HOR. 18.212 10.771 10.590 356 8.253 3.139 367 -1 -335 6.130

 

3.3.3.6.- Vertidos finales al mar

En los párrafos siguientes se analizan los vertidos finales del Ebro al mar en los tres horizontes temporales simulados. Estos resultados se pueden comprobar más detalladamente en el modelo del Bajo Ebro que se incluye en el Anexo 8.

Conviene mencionar expresamente el significado de los vertidos nulos en un cierto mes de la serie indicada en el cuadro anterior. Cuando esta situación sucede quiere indicar que se está en uno de los dos casos siguientes:

- Que el caudal natural del Ebro no es suficiente para satisfacer sus demandas, siendo por tanto necesario desembalsar una parte de las reservas almacenadas en los embalses. El volumen desembalsado será el estrictamente necesario para que las demandas queden satisfechas.

- Que siendo el caudal del Ebro superior al necesario para satisfacer las demandas, los embalses se encuentren con una parte de su volumen vacío, permitiendo almacenar ese exceso de agua para una regulación posterior.

También puede entenderse la situación a la inversa, es decir, entendiendo el significado de los vertidos: el sistema vierte al mar cuando existen recursos sobrantes (una vez satisfechas todas las demandas) que nno se pueden almacenar en los embalses.

La tabla siguiente resume los valores medios mensuales de vertido al mar, excluyendo el caudal ecológico mínimo del Ebro en desembocadura, de los tres horizontes simulados

 DISTRIBUCIÓN MEDIA MENSUAL DE LOS VERTIDOS DEL EBRO EN DESEMBOCADURA
(exluido el caudal ecológico mínimo)
 Horiz.  OCT. NOV. DIC. ENE. FEB. MAR. ABR. MAY. JUN. JUL. AGO. SEP. ANUAL
 Actual 334.4 740.5 980.6 1172.9 1312.6 1289.5 1192.6 1387.8 758.9 45.4 14.0 52.3 9281.4
 1º Hor. 195.9 514.7 749.3 934.3 1116.0 1122.0 1020.6 1159.6 542.8 21.5 6.6 25.9 7409.1
 2º Hor. 130.9 391.9 587.0 763.5 970.3 984.2 866.8 996.8 415.7 7.9 3.2 11.9 6130.0

 

Esta tabla se presenta también en forma gráfica para comprobar la evolución del vertido del Ebro al mar. El vertido disminuye lógicamente como consecuencia del mayor aprovechamiento de los recursos de la cuenca. Los valores medios anuales de vertido son 9.281,4 hm3/año para la situación actual, 7.409,1 hm3/año para el primer horizonte de la situación futura y 6.130,0 hm3/año para el segundo horizonte de la situación futura.

Vertidos en situación actual

El volumen medio vertido por el Ebro al mar es de 9.281,4 hm3/año, con la distribución media que se muestra en la tabla adjunta. Esta cifra debe considerarse como volumen neto vertido al mar, por cuanto no se incluyen en ella el caudal ecológico mínimo del Ebro en desembocadura (3.153,6 hm3/año) ni los retornos que llegan directamente al mar sin pasar por el cauce del Ebro. Sin embargo conviene analizar detalladamente la distribución de los volúmenes mensuales vertidos en los 46 años simulados (552 meses). En dicha tabla, que se adjunta a continuación, se observa que hay 155 meses donde los vertidos son nulos, destacando 39 meses de julio, 44 meses de agosto y 36 meses de septiembre. Por el contrario, en los meses desde enero a mayo los vertidos superan con frecuencia los 1.000 hm3/mes.

Vertidos en el primer horizonte futuro

El volumen medio vertido por el Ebro al mar (excluido el caudal ecológico mínimo) es de 7.409,1 hm3/año, con la distribución que se muestra en la tabla adjunta. Al igual que se indicó para la situación actual, esta cifra debe considerarse como vertidos netos, por cuanto no se incluyen en ella el caudal ecológico mínimo del Ebro en desembocadura (3.153,6 hm3/año) ni los retornos que llegan directamente al mar sin pasar por el cauce del Ebro. Y también como sucedía para la situación actual, resulta de sumo interés analizar detalladamente la distribución de los volúmenes mensuales vertidos en los 46 años simulados (552 meses). En dicha tabla, que se adjunta a continuación, se observa que hay 186 meses donde los vertidos son nulos, destacando 40 meses de julio, 41 meses de agosto, 41 meses de septiembre y 23 meses de octubre. Por el contrario, en los meses desde febrero a mayo los vertidos son los mayores.

Vertidos en el segundo horizonte futuro

Conviene mencionar que el caudal ecológico mínimo del Ebro en desembocadura ya no se satisface totalmente, si bien únicamente tiene un déficit medio de 14,43 hm3/año.

El volumen medio vertido por el Ebro al mar (excluido el caudal ecológico mínimo) es de 6.130,0 hm3/año, con la distribución que se muestra en la tabla adjunta. Al igual que se indicó para las situaciones anteriores, esta cifra debe considerarse como vertidos netos, por cuanto no se incluyen en ella el caudal ecológico mínimo del Ebro en desembocadura (del que se sirven 3.139,2 hm3/año) ni los retornos que llegan directamente al mar sin pasar por el cauce del Ebro. Y, paralelamente a lo que se hizo con las situaciones anteriores, se presenta la distribución de los volúmenes mensuales vertidos en los 46 años simulados (552 meses), donde se observa que hay 213 meses donde los vertidos son nulos, destacando 42 meses de julio, 44 meses de agosto, 42 meses de septiembre, 30 meses de octubre y 17 meses de noviembre. En los meses desde febrero a mayo los vertidos son los mayores.

3.3.4.- Demanda servida

Por su interés como metodología útil (y entendemos que inédita por el momento) para analizar el grado de aprovechamiento del recurso hídrico en las diferentes subcuencas, se describen diferentes índices que permiten objetivar el grado de aprovechamiento. La aplicación a varios sistemas de la cuenca se detalla en el Anexo 9. Durante el período de vigencia del Plan se extenderá a todos los sistemas de la cuenca.

3.3.4.1.- Introducción

Para cada uno de los sistemas analizados existe una demanda consuntiva solicitada o demandada por el sistema (suma de las de abastecimiento a poblaciones, riego e industria), además de otras demandas de tipo no consuntivo (hidroeléctrica, caudales ecológicos mínimos refrigeración, etc.). En los Cuadros de Balance se separaron dichas demandas, ya que las consuntivas son sumables y llevan asociadas una garantía de suministro y las otras no. Los citados Cuadros presentan también otras dos columnas que son la de demanda consuntiva servida y la del déficit, cuya suma es igual a la demanda solicitada o demandada al sistema.

La demanda consuntiva servida por el sistema, para cada una de las tres situaciones que se analizan en el Plan (actual, primer horizonte y segundo horizonte), lleva asociada una determinada garantía de suministro y unos criterios de vulnerabilidad. Esta demanda debe distinguirse de la máxima demanda que puede servir el sistema, que se llamará demanda servible, con la que no suele coincidir. Este valor de la demanda servible está íntimamente ligado al término de máxima capacidad de regulación de un sistema, y su conocimiento se considera de vital importancia, por lo que se propone la realización de los estudios correspondientes en aquellos sistemas que así lo requieran.

El estudio sobre demanda servida que se ha llevado a cabo no es un estudio que analice la máxima capacidad de regulación de cada uno de los sistemas, sino que trata de reflejar el grado de utilización de los recursos, satisfacción de las demandas, volumen regulado, etc., así como su evolución para los dos horizontes futuros establecidos por el Plan Hidrológico.

En el Anexo 9 se amplian todos los resultados que aquí se expondrán y se adjunta un estudio particularizado para cada uno de los sistemas siguientes: Nela, Jerea, Omecillo, Ega, Rudrón, Oca, Oroncillo, Tirón, Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos, Arba, Alhama, Queiles, Huecha, Jalón, Aragón, Eje del Ebro hasta Zaragoza, Zadorra, Huerva, Aguas Vivas, Martín, Guadalope, Segre, Ciurana y Matarraña.

3.3.4.2.- Metodología utilizada en el cálculo de la demanda servida

Conviene previamente definir los conceptos utilizados:

  • La demanda consuntiva solicitada es el volumen total anual de agua que se le pide al sistema para los usos consuntivos. Se calcula como suma de la demanda solicitada urbana (dotación por habitantes), demanda solicitada para riegos (dotación por hectárea) y demanda solicitada para industrias (volumen anual).
  • La demanda consuntiva servida total es la suma de todos los volúmenes anuales que el sistema suministra para usos consuntivos, independientemente de la garantía con que lo haga.
  • El déficit es la diferencia entre las dos demandas anteriores.
  • La demanda consuntiva servida con una cierta garantía es la suma de los volúmenes anuales servidos para las demandas que el sistema es capaz de suministrar con garantía igual o superior a la indicada. Las garantías consideradas han sido el 80%, 85% y 90%. Se consideran las mismas garantías para todos los sistemas con la finalidad de dar una uniformidad que facilite la comparación y posibilite la obtención de cifras generales para toda la cuenca del Ebro.

Las demandas servidas de han obtenido de los resultados de los modelos de simulación realizados, que se adjuntan en el Anexo 8 de Balances. Hay que referirse a dicho Anexo para consultar todo lo referente al proceso de simulación de la explotación.

En el Anexo 9 se detalla con meticulosidad la metodología para el estudio de las demandas servidas, a partir de los resultados de los modelos de simulación. Este proceso se debe realizar para cada uno de los sistemas a estudiar y para cada uno de los tres horizontes. Se contará entonces con las distribuciones medias mensuales de las demandas, aportaciones, embalses, vertidos y déficits que, representados de manera gráfica, permiten visualizar la situación de cada sistema y extraer conclusiones.

Se elaboran tres gráficos para cada sistema, uno para cada horizonte. En cada gráfico se muestra la situación del año medio, puesto que los datos se han obtenido como media de los 46 años simulados. Se representan las siguientes curvas:

  • Aportación natural: que indican el régimen natural del río.
  • Vertido: que indican los volúmenes de agua no consumidos.
  • Volumen embalsado y volumen desembalsado.
  • Demandas consuntivas: solicitada, servida total, servida con 80% de garantía, con el 85% y con el 90%.
  • Déficits: por diferencia entre la demanda solicitada y la servida total.

En la página siguiente se muestra un gráfico típico donde se puede comprobar cada una de las curvas recién mencionadas.

En el gráfico se pueden comprobar fácilmente las siguientes relaciones:

1.- Vertido = Aport.nat. + Trasvases* - {Consumo + Evaporac. + Vol.embals.}


* - Los Trasvases desde el exterior hacia el sistema suponen un aumento en los recursos. Podrían sumarse a las aportaciones naturales. Sólo resultan significativos en el sistema Arba.
- Los Trasvases desde el sistema hacia el exterior no hace falta detallarlos. Se consideran como una demanda más y ya se incluyen dentro del consumo.
- Los Trasvases internos entre cauces de un mismo sistema no se consideran. Van implícitos en la morfología del propio sistema.

2.- Déficit = Demanda solicitada - Demanda servida total

3.- Dem.90% £ Dem.85% £ Dem.80% £ Dem.serv.total £ Dem.solicit.

No resulta posible visualizar la forma como se satisface la demanda servida. Una parte se satisface con las propias aportaciones naturales (o trasvases si existen), otra parte se satisface con los volúmenes desembalsados y la parte restante con los retornos. Para cuantificar con detalle estas proporciones habría que efectuar diversos rodajes al modelo de simulación, lo cual queda, por ahora, ha quedado fuera del propósito del estudio.

Finalmente mencionar que los volúmenes desembalsados representados en el gráfico no son exclusivamente para usos consuntivos, sino que también puede ser desembalsados para usos no consuntivos (por ejemplo, una refrigeración). Sin embargo, aunque el motivo del desembalse fuese no consuntivo, gran parte de este agua puede ser reutilizada para usos consuntivos. Definir con precisión las proporciones de los desembalses según el destino del agua es muy interesante e ilustrativo, pudiendo calcularse con sucesivos rodajes del modelo de simulación. Sin embargo esta por ahora fuera del alcance del presente estudio.

3.3.4.3.- Índices representativos de la semanda servida

Se han generado cuatro índices que resumen de manera sencilla los datos obtenidos para cada sistema y permiten sacar conclusiones y realizar comparaciones.

El empleo de índices tiene otras grandes ventajas y es un medio muy útil de ayudar a la toma de decisiones. Un índice permite resumir en una única cifra gran cantidad de cálculos y resultados que de otra forma resultarían difíciles de interpretar. También los índices permiten comparar rápidamente entre dos sistemas, sin mas que comparar entre sus índices respectivos. Por último los índices pueden ordenarse fácilmente (debido a que un índice es un número), permitiendo establecer clasificaciones entre los sistemas. Pero a pesar de sus indudables ventajas procede también indicar algunos de sus inconvenientes. En primer lugar todos los índices tienen una utilidad parcial y limitada como instrumentos para la evaluación de las demandas servidas a los sistemas. Además cada índice tiene su flanco criticable, por lo que no conviene dejarse deslumbrar por su aparente exactitud y fiabilidad. Por último, para poder extraer cualquier tipo de conclusiones sobre los sistemas, es necesario comprender la base conceptual de los índices y las fuentes de datos con que son elaborados.

Los índices que se proponen y calculan se refieren a criterios que se han considerado útiles para la toma de decisiones. Se han analizado múltiples criterios más o menos complejos con sus respectivos índices, pero finalmente se ha optado por seleccionar cuatro criterios. Los índices que los representan se han buscado lo más sencillo posible, aunque reflejan perfectamente el criterio a que se refieren. Son los siguientes:

  • Índice de utilización de recursos
  • Índice de satisfacción de las demandas
  • Índice de garantía de las demandas
  • Índice de incremento de la garantía

Pueden plantearse otros numerosos índices. Algunos se han descartado por ser redundantes con los anteriores. Otros se han descartado por que no son relevantes para la toma de decisiones.

A continuación se explica el significado y formulación de los índices mencionados. Cada uno de los cuatro índices propuestos se ha calculado para cada sistema y horizonte y los valores respectivos se muestran en la tabla y gráficos de las páginas siguientes.

Índice de utilización de recursos

Indica el grado de aprovechamiento de los recursos naturales del sistema. Se calcula mediante el cociente entre la demanda servida total y la aportación natural. Como ambos valores están dados en hm3/año, el índice será adimensional, expresándose en porcentaje (por ejemplo, un índice del 25% quiere decir que de cada 100 hm3/año de aportación natural, el sistema sirve una demanda consuntiva total de 25 hm3/año).

Valores altos de este índice indican un gran aprovechamiento de los recursos del sistema, mientras que valores bajos indican una escasa utilización del potencial del sistema. Generalmente esa escasa utilización se refiere a un desarrollo económico bajo de la cuenca (poca población, pocos regadíos y poca industria), aunque excepcionalmente puede deberse a falta de regulación artificial.

La magnitud de este índice puede superar el 100% debido a la reutilización de los retornos. Así sucede excepcionalmente en el río Queiles en situación futura, que tiene índices del 105,8% en el primer horizonte y del 106,1% en el segundo.

Los sistemas con índice más bajo son los menos desarrollados y consecuentemente los que tienen proporcionalmente los mayores excedentes de agua, que estará disponible para usos en la propia cuenca o en cuencas vecinas. Estos sistemas son Jerea, Rudrón, Nela, Oca, Omecillo, Ega y Leza.

Los sistemas con índice más alto son los más desarrollados, llegando incluso a estarlo por encima de sus posibilidades. Su capacidad de incrementar aun más su desarrollo está limitada por falta de recursos, puesto que son sistemas que tienen pocos excedentes de agua. Estos sistemas son Queiles, Huecha, Jalón, Iregua y Alhama.

Índice de satisfacción de las demandas

Indica el nivel con que el sistema es capaz de satisfacer las demandas que se le solicitan. Se calcula como el cociente entre la demanda servida total y la demanda solicitada. El índice es adimensional y se expresa en porcentaje (por ejemplo, un índice de 75% quiere decir que de cada 100 hm3/año que se le solicitan al sistema, éste es capaz de servir 75 hm3/año).

Si los valores de este índice son altos el sistema tendrá pocos déficits, puesto que se sirve la mayor parte de lo que se le pide. Valores bajos vienen a indicar que el sistema sólo es capaz de satisfacer una pequeña parte de lo que se le solicita, pudiendo deberse a distintas causas: exceso de demanda solicitada, escasez de recursos, defecto de regulación, deficiente explotación, conflicto con las demandas no consuntivas, etc.

Nunca este índice podrá superar el 100%, aunque si alcanzarlo cuando el sistema no tenga déficit alguno. Los sistemas que lo alcanzan son el Jerea (en los tres horizontes) y el Iregua (en los dos horizontes futuros). También están próximos Rudrón, Nela y Oca (en los tres horizontes), Tirón, Najerilla, Cidacos y Ega (en los dos horizontes futuros) y Leza y Arba (en el segundo horizonte futuro).

Los sistemas que tienen un índice inferior, es decir los más deficitarios en términos porcentuales, son Huecha, Alhama y Queiles (en los tres horizontes) y Cidacos (sólo en situación actual).

Índice de garantía de las demandas

Este índice indica el grado de fiabilidad interanual en el suministro de las demandas. Se calcula mediante el cociente entre la demanda servida con el 85% de garantía y la demanda solicitada. Al igual que los anteriores, se trata de un índice adimensional y se expresa porcentualmente (si el índice vale, por ejemplo, el 60% quiere decir que de cada 100 hm3/año que se le solicitan, el sistema sirve 60 hm3/año con garantía igual o superior al 85%).

Para el cálculo del índice se utiliza la demanda servida con garantía igual o superior al 85% por los motivos que se explica a continuación. Según lo indicado en la página 82 del Proyecto de Directrices del Plan Hidrológico del Ebro, se estima que la garantía deseable para los regadíos debe ser del orden del 90%. Por tanto se puede considerar que, con una interpretación ciertamente amplia de dicho precepto, un mínimo de garantía del que no se puede bajar para los regadíos es el 85%*. Como los regadíos son con mucho las demandas consuntivas mas cuantiosas, se puede estimar sin mucho error que 85% es el nivel mínimo de garantía para considerar que la demanda del sistema se satisface satisfactoriamente.


* Dicho nivel de garantía puede aumentarse al 90% si se estima conveniente.

Un índice de garantía alto supone confianza en el que las demandas se satisfagan cada año**. Sin embargo un índice bajo indica gran incertidumbre en la fiabilidad interanual del sistema para satisfacer las demandas, debido principalmente a la falta de regulación o al exceso de demandas.


** Esta confianza será anual en el caso de los regadíos, pero será mensual en el caso de los abastecimientos e industrias.

El índice de garantía, habida cuenta de como está definido, siempre debe ser inferior o igual al índice de satisfacción, por cuanto éste indica la demanda que se satisface con cualquier garantía y aquel se limita a la demanda que se satisface con más del 85% de garantía.

Tampoco el índice de garantía podrá superar el 100%, aunque si alcanzarlo, como sucede con Jerea (en los tres horizontes) e Iregua (en los dos horizontes futuros). Otros sistemas con un índice alto son Rudrón y Nela (en los tres horizontes), Najerilla, Cidacos y Tirón (en los dos horizontes futuros) y Ega, Leza y Arba (en el segundo horizonte futuro).

Los sistemas que tienen un índice inferior, es decir los que presentan la mayor incertidumbre en la satisfacción de sus demandas, son Huecha y Queiles (en los tres horizontes), Alhama y Arba (en situación actual y primer horizonte futuro) y Cidacos, Iregua y Jalón (en situación actual).

Índice de incremento de la garantía

Este índice es más complejo que los tres anteriores. Indica la dificultad que el sistema tiene para alcanzar garantías aceptables en el suministro de sus demandas. Al igual que los índices anteriores, este índice se calcula mediante un cociente. El numerador lo constituye la diferencia entre la demanda servida con garantía del 80% y la servida con garantía del 85%*. El denominador es la demanda solicitada. El índice es también adimensional y se expresa en tanto por ciento.


* El numerador de este índice puede definirse de otras varias formas. Entre las más lógicas posibles están: (Dem80% - Dem90%) y (Dem85% - Dem90%).


Resulta especialmente ilustrativo analizar el índice para un supuesto concreto. Supóngase que el índice vale 5% y la demanda solicitada es de 100 hm3/año. Entonces la diferencia entre el volumen de las demandas servidas con garantías del 80% y el volumen de las demandas servidas con garantías del 85% es de 5 hm3/año. Por tanto el índice puede definirse como el volumen marginal necesario para aumentar la garantía desde un nivel insatisfactorio hasta el nivel satisfactorio.

La razón por la que se usan para el cálculo del índice las demandas con garantías del 80% y del 85% estriba en que representan un intervalo sobre la demanda con el 85% de garantía, que es el nivel mínimo aceptable como se indicó en el epígrafe anterior. Se considera que este intervalo está correctamente limitado con los valores extremos del 85% (que es garantía suficiente, según la interpretación del Proyecto de Directrices) y del 80% (que es garantía insuficiente)*.


* Si se decidiese utilizar la garantía del 90% para el cálculo del índice de garantía, entonces el presente índice de incremento de garantía debería ser reformulado.

Un valor bajo de este índice indica que con poco volumen adicional se puede pasar de una garantía insuficiente a una garantía suficiente. Por el contrario, un índice alto quiere decir que el volumen marginal para mejorar las garantías es elevado, lo cual será consecuencia de falta de regulación en el sistema o de exceso de demandas para los recursos existentes.

Hay que tener ciertas precauciones en el uso de este índice. En primer lugar su empleo debe limitarse a los casos en que el índice de garantía tenga unos valores aceptables. Si el índice de garantía es bajo, es decir que poca demanda se suministra con garantía del 85%, el presente índice será inevitablemente bajo (debido a que el índice se calcula como un cociente donde el numerador --la demanda del 80% menos la demanda del 85%-- será muy bajo). En segundo lugar, el índice no puede ser de aplicación en sistemas con baja demanda solicitada, puesto que el índice será inevitablemente alto (el denominador --la demanda solicitada-- será en este caso muy bajo).

Los sistemas que tienen el índice más elevado son Jalón, Queiles, Cidacos y Alhama (para la situación actual) y Jalón, Alhama, Najerilla y Huecha (para el segundo horizonte futuro). Los restantes sistemas tienen un índice muy bajo, siempre inferior al 2%.

Valores favorables y desfavorables de los índices propuestos

Realizando el proceso descrito en el Anexo 9 se obtienen los intervalos de cada índice que se consideran favorables, intermedios o desfavorables. Estos valores son los que se resumen a continuación:

CALIFICACIÓN DE LOS INTERVALOS DE VALORES DE LOS ÍNDICES

ÍNDICE

HORIZONTE

CARÁCTER

 

 

FAVORABLE

INTERMEDIO

DESFAVORA.

Índice de utilización

Sit. actual

0% - 11,4%

11,4% - 35,4%

> 35,4%

 

Sit. futura. 1er hor.

0% - 15,1%

15,1% -47,2%

> 47,2%

 

Sit. futura. 2º hor.

0% - 19,0%

19,0% -51,9%

> 51,9%

 

SELECCIONADO

0% - 18%

18% - 45%

> 45%

Índice de satisfacción

Sit. actual

100% -93,0%

93,0% -76,1%

76,1% - 0%

 

Sit. futura. 1er hor.

100% -96,9%

96,9% -81,2%

81,2% - 0%

 

Sit. futura. 2º hor.

100% - 99,3%

99,3% -84,8%

84,8% - 0%

 

SELECCIONADO

100% - 95%

95% - 83%

83% - 0%

Índice de garantía

Sit. actual

100% - 73,2%

73,2% -41,5%

41,5% - 0%

 

Sit. futura. 1er hor.

100% - 91,1%

91,1% -59,7%

59,7% - 0%

 

Sit. futura. 2º hor.

100% - 96,6%

96,6% -67,6%

67,6% - 0%

 

SELECCIONADO

100% - 90%

90% - 60%

60% - 0%

Índice incremento de garantía

Sit. actual

0%

0% - 6,7%

6,7% - 100%

 

Sit. futura. 1er hor.

0%

0% - 0,3%

0,3% - 100%

 

Sit. futura. 2º hor.

0%

0% - 5,8%

5,8% - 100%

 

SELECCIONADO

0% - 2%

2% - 6%

6% - 100%

 

 3.3.4.4.- Conclusiones generales

Para los sistemas a los que actualmente se les ha calculado sus respectivos índices pueden extrapolarse algunas conclusiones. Se parte de la clasificación anterior de favorable, intermedia o desfavorable según los índices y los horizontes. Ahora se profundiza en las causas de dicha calificación, mediante la interrelación entre índices y su evolución en los horizontes considerados.

3.3.4.4.1.- Conclusiones sobre la situación conjunta

Las siguientes conclusiones son puramente descriptivas de los valores que alcanzan los índices en el ámbito general de la cuenca del Ebro. Profundizar en el estudio de cada sistema se deja para el apartado siguiente.

Utilización de recursos

La distribución por sistemas no puede resultar más dispar, teniendo como único factor común que todos los sistemas aumentan su índice de utilización en los horizontes futuros. Por ello se van a distinguir tres tipos de sistemas, según el valor que alcanzan su índices:

Sistemas con baja utilización

En este grupo se incluyen los sistemas Rudrón, Jerea, Nela, Oca, Omecillo y Leza. También se puede incluir al Ega, pero haciendo notar un notable incremento de utilización en el segundo horizonte futuro.

Estos sistemas son los que tienen porcentualmente el mayor potencial de desarrollo. Sus recursos se pueden considerar infrautilizados dentro de sus respectivas cuencas. La explicación hay que buscarla en diferentes causas (políticas, demográficas o económicas) no hidráulicas, debido a el importante excedente de recursos existente. Los recursos no aprovechados son utilizados en las cuencas a las que fluyen, principalmente en el propio Eje del Ebro.

Sistemas con utilización media

Se incluyen en este grupo, en la situación actual, a los sistemas Tirón, Oroncillo, Najerilla, Arba y Cidacos. Este último sistema aumenta considerablemente su utilización en los horizontes futuros, pasando entonces a la categoría siguiente.

Sistemas con alta utilización

En la actualidad los sistemas con mayor utilización de sus recursos propios son el Queiles, Huecha, Jalón, Alhama e Iregua. Destaca especialmente el Queiles que llega a tener un índice de utilización superior al 100% en los dos horizontes futuros. Esto indica que incluso se reutilizan parte de los retornos para servir demandas de la propia cuenca.

Satisfacción de las demandas

El índice es alto para la mayor parte de los sistemas, aunque existen excepciones. El índice tiende a aumentar en los horizontes futuros, aunque en algún sistema sufre una ligera reducción (por ejemplo en el Huecha). Los sistemas se pueden clasificar en los tres grupos siguientes:

Sistemas con favorable satisfacción

En la situación actual, los sistemas Jerea, Rudrón, Iregua, Nela, Oca, Omecillo, Najerilla y Tirón tienen una satisfacción de las demandas que se puede considerar alta. A estos sistemas se pueden unir el Ega, Cidacos y Jalón en el primer horizonte futuro y el Leza y Arba en el segundo.

Sistemas con satisfacción media

Este grupo está actualmente formado por los sistemas Jalón, Arba, Oroncillo, Ega y Leza. Todos estos sistemas, excepto el Oroncillo, mejoran notablemente su satisfacción en los horizontes futuros, pudiendo englobarse entonces dentro del grupo de los de alta satisfacción.

Sistemas con desfavorable satisfacción

Lo forman los sistemas Huecha, Alhama, Queiles y Cidacos, que tienen en situación actual una satisfacción de sus demandas inferior al 70%. El sistemas Cidacos mejora enormemente su grado de satisfacción en el primer horizonte futuro, englobándose en el grupo de los sistemas de alta satisfacción. El sistema Alhama mejora notablemente en el segundo horizonte futuro, rozando un grado de satisfacción que se puede considerar medio.

Garantía de las demandas

Existe una gran disparidad en los sistemas como se verá a continuación. El índice tiende a aumentar en las situaciones futuras, aunque en algún sistema (principalmente el Jalón) disminuye apreciablemente.

Sistemas con favorable garantía

Los sistemas con mayor índice de garantía en la situación actual son el Jerea (que alcanza el 100%), Rudrón, Nela, Najerilla, Oroncillo y Oca. En el primer horizonte futuro se incorporan a este grupo el Iregua (alcanzando también el 100%), Cidacos, Tirón y Ega. En el segundo horizonte futuro lo hace el Leza.

Sistemas con garantía media

En la situación actual se pueden incluir en este grupo a los sistemas Omecillo, Tirón, Ega, Leza y Arba. En el primer horizonte futuro también se incluye al Jalón, aunque en el segundo horizonte futuro desciende su garantía para volver a incluirse en el grupo siguiente.

Sistemas con desfavorable garantía

Los sistemas con menor índice de garantía en la situación actual son el Huecha, Alhama, Cidacos, Queiles, Iregua y Jalón. Destaca en el aspecto negativo el sistema Huecha, que en ningún horizonte pasa del 0%. Pero por otra parte, Iregua y Cidacos aumentan enormemente su índice en el primer horizonte futuro (ya se ha comentado que el Iregua llega hasta el 100%), de forma que pueden incluirse en el grupo de los sistemas de alta garantía.

Incremento de garantía

Hay que recordar que el índice no es de aplicación en muchos sistemas, unos por tener bajo el índice de garantía y otros por tener escasa demanda solicitada. Destaca que numerosos sistemas tienen un índice óptimo (0%). Estos sistemas sirven sus demandas con garantías superiores al 85%.

Los sistemas con peor índice de incremento de garantía son el Jalón, Queiles, Cidacos, Alhama y Huecha, aunque varia según el horizonte que se considere. Son en general sistemas que tienen un alto índice de utilización (exceso de demanda) y las obras previstas sólo consiguen paliar en parte el problema. Se puede considerar que nuevas obras de regulación no conseguirán mejorar las garantías por falta de recursos naturales.

3.3.4.4.2.- Estudio individualizado de cada sistema

 

Sistema Alhama

Respecto a la utilización de los recursos, el sistema Alhama tiene en la actualidad una utilización medio-alta, que aumenta progresivamente en los horizontes futuros, especialmente en el segundo. Este aumento se debe a la consolidación del regadío actual, puesto que no se plantean incrementos significativos de regadíos.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma desfavorable, sirviendo sólo un 59,1% de lo que se le solicita. Esta desfavorable satisfacción es reflejo del exceso de demanda y de la carencia de regulación suficiente para suministrarla. El índice de satisfacción aumenta notablemente con las obras de regulación previstas para el segundo horizonte (hay que notar que las obras de regulación previstas para el primer horizonte no aumentan la demanda servida, aunque sí aumentan la garantía con que se sirve). Sin embargo, y a pesar de este aumento de regulación, el índice de satisfacción en las situaciones futuras sigue manteniéndose en niveles desfavorables como consecuencia del exceso de demanda.

La demanda actual se garantiza de forma muy desfavorable, pues sólo el 7,4% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es otra lógica consecuencia del exceso de demanda (o bien de la falta de regulación) en el sistema, donde los recursos deben repartirse entre todos, no pudiendo garantizarse más que una pequeña parte. Gracias a las regulaciones futuras el índice de garantía aumenta de forma muy significativa, llegando al 68,7% en el segundo horizonte futuro, pero aun rozando los niveles desfavorables.

En cuanto al último índice, él de incremento de garantía, no se debe aplicar en la situación actual a causa del bajo índice de garantía que el sistema tiene en ese horizonte. Para el primer horizonte futuro el índice es favorable como señal del positivo efecto que sobre la garantía tendrían las obras de regulación. Pero en el segundo horizonte futuro el incremento de garantía resultará más costoso (en términos volumétricos, que están en consonancia directa con los términos económicos) para poder aumentar las garantías hasta niveles aceptables. Es una vez más consecuencia del exceso de demanda para los recursos existentes y pese a la mayor regulación propuesta.

La conclusión final a este sistema Alhama se puede concretar en un término: exceso de demanda, incluso para las futuras regulaciones. Como consecuencia se produce insatisfacción y baja garantía de las demandas, aunque mejora notablemente en el segundo horizonte futuro. Las obras de regulación propuestas sólo sirven para consolidar parcialmente la demanda existente y aumentar sus bajas garantías. Se puede además agregar que alcanzar garantías aceptables es costoso, siendo necesario un importante volumen marginal.

En cuanto a las posibles soluciones, dado que se descartan otras nuevas grandes obras de regulación de las propuestas para el segundo horizonte futuro, y se descartan asimismo obras de regulación locales que no se considera que puedan tener efecto significativo. Por lo tanto parece que las soluciones más adecuadas serían las siguientes: (1) ordenación de los regadíos de la cuenca en su sentido más amplio, y (2) elevaciones desde el Ebro o desde el canal de Lodosa que liberen recursos regulados de la propia cuenca del Alhama.

Sistema Arba

Referente a la utilización de sus recursos, en el sistema Arba hay que distinguir los recursos naturales de los recursos totales disponibles. En cuanto a los recursos naturales, el sistema Arba tiene en la actualidad una utilización medio-baja, que aumenta significativamente en el segundo horizonte futuro. El aumento se debe al incremento de la superficie regable y a la mejora de las dotaciones.

Pero el sistema recibe una importante aportación procedente del río Aragón a través de los retornos de Bardenas (65 hm3, 112 hm3 y 137 hm3 para cada horizonte respectivo). Además se trata de una aportación ya regulada, en el sentido que se recibe cuando más se necesita: en la temporada de riegos. Si se considera este agua, el índice de utilización de los recursos de la cuenca resulta ciertamente favorable en los tres horizontes.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma intermedia, sirviendo un 87,3% de lo que se le solicita. Esta situación es claro reflejo de la carencia de obras de regulación suficientes, habida cuenta el excedente de recursos anteriormente indicado.Para constatar la aseveración anterior se puede comprobar como en el segundo horizonte futuro, cuando las obras de regulación ya se han construido, el índice de satisfacción llega a niveles próximos al óptimo (98,4%), incluso a pesar del aumento de la demanda.

La demanda actual se garantiza de forma desfavorable, pues sólo la mitad de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es otra lógica consecuencia del defecto de obras de regulación, donde a pesar de los importantes recursos existentes no puede garantizarse su suministro. Gracias a las obras futuras, el índice de garantía aumenta de forma destacada en el segundo horizonte futuro, alcanzando el 95,2%, que ya está dentro de los niveles considerados favorables.

El índice de incremento de garantía es favorable en los tres horizontes, como indicación de la gran sensibilidad del sistema a las obras de regulación. Esta sensibilidad se confirma efectivamente cuando en el segundo horizonte futuro el sistema mejora de forma relevante.

Como conclusión final a este sistema Arba se puede señalar el defecto de regulación actual y las grandes posibilidades de mejora si las obras se llevan efectivamente a buen término. Incluso en el segundo horizonte futuro, otras obras adicionales de regulación de carácter local mejorarían aun más el estado del sistema.

De lo anterior se desprende claramente que la solución para este sistema está en la efectiva construcción de las obras propuestas. Añadir que, como en el primer horizonte futuro no se propone ninguna obra, la mejoría se demora hasta el segundo horizonte futuro. Para hacer un desarrollo más progresivo, en el primer horizonte futuro se pueden realizar obras de regulación locales que repercutirán muy positivamente en aumentar la garantía de las demandas servidas por el sistema.

Sistema Cidacos

El sistema Cidacos tiene en la actualidad una utilización de recursos que se puede considerar de nivel intermedio. En el primer horizonte futuro el índice aumenta de forma destacada, debido a la gran consolidación de los regadíos actuales y a un relevante aumento en la superficie regable. En el segundo horizonte se mantiene la utilización de recursos del primer horizonte.

El sistema satisface su demanda de forma desfavorable en la situación actual, sirviendo sólo un 67,3% de lo que se le solicita. Esta desfavorable satisfacción es debida principalmente a la ausencia de regulación, y en menor grado se debe a un cierto exceso de demanda para los recursos existentes. Con las obras de regulación previstas el índice de satisfacción aumenta en el primer horizonte futuro situándose en niveles próximos al óptimo. En el segundo horizonte futuro no se altera esta favorable situación.

La demanda actual se garantiza de forma muy desfavorable, pues sólo el 22,2% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es otra consecuencia de la falta de regulación en el sistema, cuyo régimen natural no es capaz de suministrar con garantía adecuada más que a esta pequeña parte de la demanda. Con las regulaciones futuras el índice de garantía llega al 98,1%, ya plenamente dentro de los niveles considerados como favorables.

En cuanto al último índice, él de incremento de garantía, no se debe aplicar en la situación actual debido a lo bajo del índice anterior. Para los horizontes futuros el índice es 0%, indicando que para la pequeña demanda que aun no alcanza garantía suficiente, basta con mínimas obras de regulación local.

La conclusión final a este sistema Cidacos se puede resumir en la ausencia de regulación actual para una demanda que, aunque no es excesiva, está insatisfactoriamente servida. Ya en el primer horizonte futuro, cuando las obras se lleven a cabo, se alcanzan niveles muy favorables.

En cuanto a las posibles soluciones, sólamente se puede confirmar el gran efecto positivo de las obras propuestas para el primer horizonte futuro, bastando mínimas obras locales para llegar al óptimo.

Sistema Ega

El sistema Ega tiene en la actualidad un bajo índice de utilización de recursos. En el primer horizonte futuro aumenta ligeramente debido principalmente a la consolidación de los regadíos tradicionales, y también a un pequeño aumento de su superficie regable. Pero en el segundo horizonte futuro se produce el gran aumento de utilización de los recursos, a causa de duplicarse la superficie en riego.

En la situación actual sistema satisface su demanda de forma intermedia, sirviendo un 85,0% de lo que se le solicita. Este hecho hay que atribuirlo únicamente a la ausencia de obras de regulación, habida cuenta del gran volumen de excedentes de recursos. Esta conclusión se demuestra comprobando que en el primer horizonte futuro, donde se construyen sólo obras locales de regulación, aumenta la satisfacción hasta el 98,8% (y ello a pesar de que también se aumenta la demanda solicitada). En el segundo horizonte futuro se mantiene este nivel de satisfacción, pues aunque la demanda solicitada se duplica, se realizan obras adicionales de regulación.

La demanda actual se garantiza de forma desfavorable, pues sólo el 56,6% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía, como evidente consecuencia del defecto de regulación ya indicado. Gracias a las obras de regulación proyectadas, el índice de garantía aumenta progresivamente, alcanzando el 99,7% en el segundo horizonte futuro.

El índice de incremento de garantía es favorable en los tres horizontes, mostrando la ya descrita gran sensibilidad del sistema a las obras de regulación.

Como conclusión final a este sistema Ega se puede señalar la evidente necesidad actual de obras locales de regulación, así como la gran cantidad de recursos existentes pero no regulados. Las obras propuestas en los horizontes futuros están equilibradas con las mayores demandas solicitadas, alcanzando niveles casi óptimos de servicio.

Sistema Huecha

Respecto a la utilización de los recursos, el sistema Huecha tiene en la actualidad una utilización muy alta. Incluso hay que comprobar que la demanda solicitada es bastante mayor que la aportación natural del sistema. El altísimo índice de utilización aumenta aun más en los horizontes futuros a causa del aumento progresivo de la superficie regable. Puede comprobarse que en el segundo horizonte futuro la demanda solicitada dobla a la aportación natural del sistema.

En todos los horizontes se satisface su demanda de forma muy desfavorable, como no podía ser de otra manera. Se sirve siempre menos de la mitad de lo que se le solicita, e incluso sorprende esta cifra por alta, dada la ausencia de obras de regulación significativas. Esta desfavorable satisfacción es exclusivamente reflejo del exceso de demanda. Hay que notar que en el hipotético caso de una presa que regulase la totalidad del agua natural del sistema, el índice de satisfacción (que es la demanda servida dividida por la demanda solicitada) no superaría el 65% en situación actual ni el 52% en el segundo horizonte futuro.

La demanda actual se garantiza de forma pésima, pues ninguna demanda se sirve con más del 85% de garantía en los tres horizontes. Se debe principalmente al exceso de demanda, aunque también hay que achacar una pequeña parte del problema a la insuficiencia de las obras de regulación.

En cuanto al último índice, él de incremento de garantía, no se puede aplicar en este sistema a causa del nulo índice de garantía.

La conclusión final a este sistema Huecha es fácil de encontrar: extraordinario exceso de demanda. Esta problema destaca ya en la situación actual, pero incluso aumenta para las situaciones futuras con las ampliaciones de regadíos previstas. Las obras de regulación propuestas no pueden servir más que para reducir ligeramente los déficits.

En cuanto a las posibles soluciones, cualquiera que se planteé tiene que pasar por una ordenación total de los regadíos de la cuenca, debiendo además ineludiblemente plantearse la obtención de recursos externos al sistema.

Sistema Iregua

El grado de utilización de los recursos naturales en el sistema Irégua puede calificarse de alto en los tres horizontes. Existe un aumento de utilización progresivo en los horizontes futuros: en el primer horizonte debido a la consolidación del regadío existente y en el segundo horizonte debido al incremento en la superficie regable.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma muy favorable, sirviendo un 98,4% de lo que se le solicita, a pesar de la alta utilización. Esta altísima satisfacción se debe a lo adecuado de las obras de regulación existentes. En los horizontes futuros se produce una mejora pese al incremento de demanda, alcanzando el óptimo como consecuencia de las obras de regulación propuestas.

La demanda actual se garantiza de forma desfavorable, pues sólo el 36,5% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es consecuencia del alto grado de utilización del sistema (y en menor medida a causa de cierta insuficiencia de obras de regulación, que pese a satisfacer muy favorablemente su demanda no puede garantizarla adecuadamente). En el primer horizonte futuro, sin embargo, ya se alcanza el óptimo de garantía a causa de la nueva obra de regulación construida. En el segundo horizonte futuro se mantiene este óptimo, incluso a pesar del aumento de demanda.

El índice de incremento de garantía sólo es relevante en la situación actual, demostrando la alta sensibilidad del sistema a aumentar su garantía si se realizasen las obras oportunas. En las situaciones futuras el índice de incremento de garantía no tiene sentido puesto que el índice de garantía ya es el óptimo.

Como conclusión final a este sistema Irégua se puede señalar su alto aprovechamiento actual y su adecuado servicio, aunque no tanto en la garantía. En el futuro, una vez construido el embalse, se satisfará de forma óptima toda la demanda propuesta.

Sistema Jalón

Antes de comenzar el análisis hay que señalar que el sistema Jalón tiene una cuenca muy amplia, una desarrollada red fluvial y un gran volumen de demanda. Por ello las conclusiones que a continuación se indiquen, que son validas como resultados medios del sistema Jalón, no deben aplicarse con ligereza a las diferentes subcuencas, algunas con entidad suficiente como para merecer un estudio individualizado.

El sistema Jalón tiene un alto índice de utilización de los recursos naturales en la situación actual. En los horizontes futuros este índice aumenta de manera considerable a causa de un progresivo e importante aumento de la superficie regable.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma intermedia, sirviendo un 90,2% de lo que se le solicita. Esta cifra es destacable si se evalúa conjuntamente con el alto índice de utilización indicado en el párrafo anterior, viniendo a demostrar una cierta capacidad de regulación actual en el sistema. En el primer horizonte futuro se mejora gracias a las obras planteadas, alcanzando un índice de satisfacción del 95%, y ello a pesar del aumento de demanda. Sin embargo en el segundo horizonte futuro la satisfacción empeora ligeramente, demostrando que las obras adicionales planteadas ya están al límite de satisfacer los incrementos de demanda considerados.

La demanda actual se garantiza de forma muy desfavorable, pues sólo el 37,0% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es consecuencia del alto grado de utilización del sistema, pues las obras de regulación pueden satisfacer buena parte de la gran demanda existente, pero no pueden garantizarla. Para comprender mejor el sistema Jalón es muy importante comprobar conjuntamente que sucede en el primer y segundo horizonte futuros. En el primer horizonte se plantean importantes obras de regulación que permiten aumentar el índice de garantía (de una demanda que es aun mayor) hasta el 88,5%, que ya roza lo favorable. Sin embargo, con el nuevo aumento de demanda en el segundo horizonte, pese a plantearse obras adicionales de regulación, el sistema ya es incapaz de mantener la garantía de suministro, que desciende a niveles casi desfavorables.

El índice de incremento de garantía es desfavorable en la situación actual, mostrando que al sistema, con su alta utilización e insuficiente regulación, le resultará costoso aumentar la garantía. Sin embargo el índice es muy favorable en el primer horizonte futuro, como reflejo de la buena adecuación de las obras propuestas, siendo el sistema muy propicio a aumentar la garantía con pequeñas obras adicionales (siempre que, lógicamente, no se incremente nuevamente la demanda). Pero como en el segundo horizonte futuro la demanda aumenta más (muy por encima de las capacidades de las obras propuestas), el desfavorable índice de incremento de garantía vaticina que la garantía de servicio descenderá grandemente, como así sucede. Es una señal de que las obras de regulación previstas, que en el primer horizonte futuro eran las necesarias para consolidar y satisfacer aceptablemente las ampliaciones de demanda proyectadas, no pueden admitir mayores demandas sin por ello disminuir significativamente su nivel de garantía.

La conclusión final a este sistema Jalón se puede resumir en un alto aprovechamiento actual y una desfavorable garantía de servicio como señal de obras de regulación insuficientes. El sistema alcanza su mejor funcionamiento en el primer horizonte futuro, gracias a que las obras de regulación propuestas pueden paliar las insuficiencias actuales e incluso permitir un considerable aumento de demanda. Pero se trata de una situación límite y, cuando se sobrepasa en el segundo horizonte futuro debido al nuevo aumento de demanda, la garantía de servicio vuelve a ser desfavorable.

La solución que se plantea es doble. Por una parte se comprueba necesarias y estrictamente suficientes las obras de regulación para los aumentos de demanda del primer horizonte futuro. Pero a la vez el sistema tendría un grado de utilización muy alto que requeriría una ordenación de sus demandas. Este requisito es absolutamente necesario si se desean realizar los desarrollos del segundo horizonte futuro.

Sistema Jerea

El sistema Jerea tiene en la actualidad un bajísimo índice de utilización de recursos, pudiendo considerarse que la cuenca está sin explotar. En el primer horizonte futuro el índice crece ligeramente debido a un aumento de su superficie regable, aunque sigue en niveles muy bajos.

Con tan mínima demanda, con una cierta abundancia de recursos y con la regulación propuesta en el primer horizonte futuro, el sistema satisface su demanda de forma plena en todos los casos.

Lo mismo ocurre con la garantía de servicio, que es total para tan escasa demanda.

El índice de incremento de garantía no tiene importancia en este sistema, toda vez que el índice de garantía es siempre del 100%.

Como conclusión final al sistema Jerea se puede señalar la escasísima utilización de sus abundantes recursos y el consiguiente gran potencial de desarrollo con que cuenta.

Sistema Leza

El sistema Leza tiene en la actualidad un bajo índice de utilización de recursos. Este índice sólo aumenta ligeramente en el segundo horizonte futuro, como consecuencia de la consolidación de los regadíos tradicionales.

En la situación actual y en el primer horizonte futuro el sistema satisface su demanda de forma intermedia, aunque rozando lo considerado desfavorable, sirviendo un 83,9% de lo que se le solicita. Ésto hay que atribuirlo exclusivamente a la ausencia de obras de regulación, habida cuenta de la baja utilización de los recursos. En el segundo horizonte futuro, cuando ya se plantean obras de regulación, la satisfacción de las demandas aumenta hasta el 98,7%.

La demanda se garantiza de forma desfavorable en la situación actual y en el primer horizonte futuro, pues sólo el 54,1% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Se trata de otra consecuencia del defecto de regulación ya indicado, que es paliado casi totalmente en el segundo horizonte futuro.

El índice de incremento de garantía es óptimo en los tres horizontes, mostrando claramente la ya gran sensibilidad del sistema a las obras de regulación.

Como conclusión final a este sistema Leza se puede señalar la evidente necesidad actual de obras de regulación (que por su escasa entidad se pueden considerar de carácter local) para consolidar los regadíos existentes. Su ausencia provoca el funcionamiento desfavorable descrito, que se mantiene hasta el segundo horizonte futuro, que es cuando se realizan las obras.

Sistema Najerilla

El sistema Najerilla tiene en la actualidad un índice de utilización de recursos que se puede considerar bajo-intermedio. En el primer horizonte futuro aumenta ligeramente debido a la consolidación de los regadíos tradicionales y a un cierto incremento de su superficie regable. En el segundo horizonte futuro aumenta aun más la utilización de los recursos, esta vez a causa del mayor incremento de la superficie en riego.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma intermedia, casi favorable, sirviendo un 93,5% de lo que se le solicita. En el primer horizonte futuro mejora a muy favorable gracias a las obras de regulación planteadas, llegando a un índice de satisfacción del 99%, a pesar del aumento de demanda. En el segundo horizonte futuro se mantiene como muy favorable.

La demanda actual se garantiza de forma intermedia, rozando lo favorable, pues el 89,1% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Pero conviene analizar la evolución de este índice entre el primer y segundo horizontes futuros. En el primer horizonte futuro se plantean obras de regulación y, aunque también hay aumentos de demanda, el índice de garantía llega hasta el 98,6%, que está próximo al óptimo. Sin embargo, con el importante aumento de demanda en el segundo horizonte futuro, y pese a plantearse obras adicionales de regulación, el sistema ya es incapaz de mantener el casi óptimo índice de garantía anterior, que desciende apreciablemente, aunque quedando aun dentro de los niveles favorables.

El índice de incremento de garantía es favorable en la situación actual, señal del positivo efecto que las obras de regulación tendrían en la garantía del sistema. En el primer horizonte futuro el índice es también favorable por idénticos motivos. Sin embargo en el segundo horizonte futuro el índice empeora, indicando que, debido al aumento de la demanda, ya es más costoso conseguir aumentar la garantía.

La conclusión final a este sistema Najerilla se puede resumir en un incremento progresivo del aprovechamiento y de los niveles de satisfacción y garantía. Pero se está en una situación de equilibrio más estricto en el segundo horizonte futuro, no pudiendo el sistema admitir mayores demandas sin que repercuta notablemente en el nivel de servicio de las mismas.

Sistema Nela

El sistema Nela tiene un bajísimo índice de utilización de recursos, tanto en la actualidad como en los horizontes futuros, pudiendo considerarse que su potencial de desarrollo está infrautilizado.

La demanda se satisface de forma muy favorable en todos los horizontes. Llama sin embargo la atención que con tan mínima demanda y con la abundancia de recursos los índices no sean los óptimos. No hay otra explicación que la conveniencia de pequeñas obras de regulación de carácter local.

Lo mismo ocurre con la garantía de servicio, que es muy aceptable pero no la óptima. Se puede aplicar la explicación del párrafo anterior.

El índice de incremento de garantía en los tres horizontes no podía por menos que destacar esta gran sensibilidad del sistema por las regulaciones locales.

Como conclusión final al sistema Nela se puede señalar la escasísima utilización de sus abundantes recursos, con el consiguiente gran potencial de desarrollo con que cuenta. Conviene plantear pequeñas obras locales de regulación, que rápidamente aumentarían la satisfacción y garantía de las demandas a los niveles óptimos.

Sistema Oca

El sistema Oca tiene en la actualidad una escasísima utilización de recursos. En los dos horizontes futuros la utilización sigue siendo escasa, aunque en el segundo horizonte futuro aumenta ligeramente a causa de una mayor superficie en regadío. Sin embargo el sistema mantiene en todos los horizontes un gran potencial de desarrollo.

La demanda se satisface de forma muy favorable en todos los horizontes, aunque no llega ser óptima, lo cual sorprende por la abundancia de recursos para la escasa demanda. La evidente explicación es la conveniencia de realizar pequeñas obras de regulación de carácter local.

Lo mismo ocurre con la garantía de servicio, que está en un nivel intermedio, pues sólo el 79,9% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía en la situación actual. En los horizontes futuros el índice va mejorando como reflejo del efecto de las pequeñas infraestructuras de regulación propuestas.

El índice de incremento de garantía, como resulta lógico, es óptimo en los tres horizontes, dejando patente la sensibilidad del sistema al efecto de las regulaciones locales (sin embargo, el índice tiene escasa validez debido a lo escaso de las demandas solicitadas).

Como conclusión final al sistema Oca se puede señalar la escasa utilización de sus recursos, con el consiguiente gran potencial de desarrollo que le resta. Es necesario realizar pequeñas obras locales de regulación, adicionales a las propuestas, que llevarían los índices de satisfacción y garantía de las demandas a los niveles óptimos.

Sistema Omecillo

El sistema Omecillo tiene en la actualidad una baja utilización de recursos, que sigue siendo baja en los dos horizontes futuros, aunque con un progresivo aumento debido a una mayor puesta en riego

La demanda en situación actual se satisface de forma intermedia, próximo a favorable, sirviendo un 93,9% de lo que se solicita. Sorprende que este índice no alcance el óptimo por lo escaso de la demanda solicitada y la abundancia de recursos, debiéndose a una carencia de obras de regulación locales. En los dos horizontes futuros la satisfacción se puede considerar favorable, aunque notando que la mejora no se debe principalmente a la pequeña obra de regulación planteada, sino a que el incremento de demanda puede servirse fácilmente sin necesidad de regulación artificial, gracias a la abundancia de recursos.

La pequeña demanda actual se garantiza de forma intermedia, pues sólo el 70,0% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es otra consecuencia de la ya indicada falta de regulación local. En los dos horizontes futuros el índice de garantía mejora, aunque sin llegar a los niveles favorables. Queda así también patente en estos horizontes la carencia de otras pequeñas obras que puedan garantizar la demanda.

El índice de incremento de garantía confirma la necesidad de regulación local, aunque el índice es de dudosa aplicación en este sistema por lo escaso de la demanda solicitada.

Como conclusión final al sistema Omecillo se puede señalar la escasa utilización de sus recursos, con el consiguiente gran potencial de desarrollo que le resta. Es imprescindible realizar pequeñas obras locales de regulación, ya desde la situación actual, si se desea que los niveles de garantía sean los adecuados.

Sistema Oroncillo

El sistema Oroncillo tiene en la actualidad una baja utilización de recursos (recursos escasos, por otra parte), que se mantiene prácticamente idéntica en los dos horizontes futuros.

La demanda se satisface de forma intermedia en la situación actual, sirviendo un 86,6% de lo que se solicita. Por lo escaso de la demanda solicitada, el hecho que este índice no sea mayor se debe a una carencia de obras de regulación locales. Ocurre igual para los dos horizontes futuros.

La pequeña demanda actual se garantiza de forma intermedia, pues el 83,4% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es otra consecuencia de la ya indicada falta de regulación local. En los dos horizontes futuros el índice de garantía no varía.

El índice de incremento de garantía no puede ser de aplicación en este sistema debido a lo escaso de la demanda solicitada.

Como conclusión final al sistema Oroncillo se puede señalar la escasa utilización de sus también escasos recursos. Es aconsejable realizar pequeñas obras locales de regulación para reducir los muy escasos (aunque porcentualmente altos) déficits.

Sistema Queiles

Respecto a la utilización de los recursos, el sistema Queiles tiene en la actualidad una utilización muy alta, mayor de la de cualquier otro sistema. Pero destaca aun más en los horizontes futuros, donde la utilización es mayor del 100%: el sistema sirve más agua para demandas que su aportación natural. No hay otra explicación que la reutilización de sus retornos. El aumento de demanda se debe principalmente al incremento de las dotaciones (que no de las superficies) de regadío.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma desfavorable, sirviendo sólo un 65,2% de lo que se le solicita. Esta desfavorable satisfacción es reflejo del exceso de demanda y de la falta de regulación actual. Hay que destacar que a pesar del gran aumento de demanda entre la situación actual y el primer horizonte futuro, el índice de satisfacción aumenta ligeramente, como consecuencia de las obras de regulación previstas para dicho horizonte. Por tanto, en los horizontes futuros, el bajo índice de satisfacción se debe exclusivamente a la enorme demanda que el sistema debe soportar.

La demanda actual se garantiza de forma muy desfavorable, pues sólo el 29,5% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es otra lógica consecuencia del exceso de demanda en el sistema. En los horizontes futuros, a pesar de las obras de regulación previstas, el índice de garantía disminuye a causa del gran aumento de la demanda.

En cuanto al último índice, él de incremento de garantía, no tiene mucho valor en el sistema debido a lo bajo del índice de garantía.

La conclusión final a este sistema Queiles resulta muy sencilla: exceso de demanda y defecto de regulación en la situación actual, y gran exceso de demanda en las situaciones futuras. Como consecuencia se producen bajos índices de satisfacción y de garantía. La obra de regulación propuesta no es capaz de contrarrestar el gran aumento de las demandas.

En cuanto a las posibles soluciones, se debe descartar otras nuevas grandes obras de regulación por carencia material de recursos del sistema. Tampoco serán de gran efecto global las obras de regulación locales. Por lo tanto parece que las únicas soluciones pasan por liberar al sistema de la gran carga de demandas que debe mantener. Para ello se puede hacer: (1) ordenación de los regadíos de la cuenca en su sentido más amplio, y (2) elevaciones desde el Ebro o desde algún canal que liberen recursos de la propia cuenca del Queiles.

Sistema Rudrón

El sistema Rudrón tiene en todos los horizontes un bajísimo índice de utilización de recursos, el menor de todos los sistemas considerados, pudiendo considerarse que la cuenca está sin explotar.

El sistema satisface sus escasísimas demandas de una forma muy favorable. Quizás, para que la satisfacción sea la óptima, convendría una mínima obra de regulación en la demanda que tiene el déficit.

Lo mismo ocurre puede decirse de la garantía de servicio para tan reducida demanda.

El índice de incremento de garantía no tiene sentido en este sistema por la escasísima demanda solicitada.

Como conclusión final al sistema Rudrón se puede señalar la escasísima utilización de sus recursos y el consiguiente gran potencial de desarrollo con que cuenta.

Sistema Tirón

El grado de utilización de los recursos naturales en el sistema Tirón puede calificarse de bajo en la situación actual. En el primer horizonte futuro el grado de utilización aumenta grandemente y más aun en el segundo horizonte futuro, pasando en ambos casos a calificarse de intermedio. Los aumentos son debidos al incremento en la superficie regable.

En la actualidad el sistema satisface su demanda de forma intermedia, sirviendo un 93,4% de lo que se le solicita. Esto acusa una cierta falta de infraestructuras de regulación, puesto que existen recursos abundantes para satisfacer plenamente las demandas. En los horizontes futuros mejora como consecuencia de las obras de regulación propuestas y pese al incremento de demanda, hasta situarse próximo al óptimo.

La demanda actual se garantiza de forma intermedia, casi desfavorable, pues sólo el 64,1% de la demanda solicitada se sirve con más del 85% de garantía. Es consecuencia de la falta de regulación en el sistema. En el primer horizonte futuro, sin embargo, ya se alcanza un grado favorable, a causa de las nuevas obras de regulación. En el segundo horizonte futuro se mantiene este nivel favorable, incluso a pesar del aumento de demanda.

El índice de incremento de garantía es favorable en los tres horizontes. En la situación actual indicando la necesidad de regulación en el sistema y en los horizontes futuros, donde ya el índice de garantía es muy alto, como señal de la necesidad de regulación local en los lugares donde se producen los déficits.

Como conclusión final a este sistema Tirón se puede señalar su bajo aprovechamiento actual y su necesidad de obras de regulación. Una vez realizadas éstas, el aprovechamiento del sistema aumenta notablemente con una favorable satisfacción y garantía de las demandas. Para llegar al óptimo hacen falta pequeñas obras de regulación de carácter local.